¡NO HABLA!
El retraso en la adquisición del lenguaje
Septiembre 2022
Una consulta frecuente recibida en el consultorio es el niño que no habla, generalmente a partir del segundo año de vida. Suele ser más común en el sexo masculino y es motivo de preocupación de padres y cuidadores. Siempre surge durante la entrevista el antecedente de algún familiar directo o incluso de alguno de los progenitores que tardó en hablar y es frecuente también que madre o padre no coincidan en la apreciación madurativa del lenguaje del niño.
Los problemas en el desarrollo son un grupo de alteraciones que suelen interferir en una adecuada maduración que incluyen generalmente al lenguaje. Pueden presentarse desde el nacimiento, pero con mayor frecuencia en la primera infancia. La comparación con otros niños y la asistencia a guarderías o jardines acelera aún más la consulta de los padres a fin saber si el nulo o escaso lenguaje es normal para la edad del niño.
Muchas veces se piensa que los trastornos madurativos se deben siempre a lesiones que pueden visualizarse con algún estudio por imágenes o motivados por enfermedades o trastornos durante el embarazo. El origen suele ser multicausal, pudiendo involucrar a determinantes sociales y ambientales como lo son el aspecto nutricional, educativo, emocional y lúdico.
La diversidad de los mencionados problemas suele desarrollar dificultades en el desarrollo y en las funciones cerebrales que pueden manifestarse de distintas formas. Una de ellas es la maduración del lenguaje. Éste, como dijimos anteriormente, es un motivo muy frecuente de consulta y lo primero que hay que diferenciar si en realidad es un problema del habla o si es un problema en la comunicación del niño. El lenguaje es el conjunto de signos a través de los cuales se realiza una comunicación. El habla en cambio es el instrumento que se cuenta para intercambiar el lenguaje, o sea la comunicación.
El trastorno del habla puede manifestarse como único signo de alteración madurativa o acompañarse generalmente de otros problemas que suelen involucrar el aspecto social y del aprendizaje.
De todo lo dicho, un niño que no habla puede estar manifestando un problema específico en el lenguaje oral o también en la comunicación en general. O sea, hay niños que a pesar de no hablar se comunican con gestos o señalando objetos cumpliendo incluso órdenes y consignas. Las mamás suelen decir: “- No habla, pero entiende todo”.
Los gestos, el contacto visual con los demás y el juego son formas de comunicación a pesar de algún retraso en la adquisición del lenguaje. En cuanto a los primeros, hay gestos que el niño produce para pedir o acceder a algo, por ejemplo, la leche o la comida, pero no necesariamente expresan la necesidad de comunicación del niño con su entorno. En cambio, hay gestos motivados por el deseo propiamente comunicativo, sin obtener ningún beneficio al hacerlo, como por ejemplo señalar algo que le llama la atención, sonreír o intercambiar miradas con alguna persona en particular.
Un tema a tener muy en cuenta es la audición. Uno de los trastornos ocasionados por la hipoacusia es el retraso en la adquisición del lenguaje. También será importante el antecedente de hermanos o familiares directos con problemas similares y su resolución.
Algunas veces los padres cuentan que el niño o niña había comenzado a hablar y de un día para el otro el desarrollo del habla se detuvo o incluso desapareció. Probablemente estos casos puedan responder a fenómenos que puedan haber conmovido la vida del infante, desde una enfermedad hasta traumas socio ambientales. En este último punto es importante la estimulación del entorno para el desarrollo del lenguaje, como sólo el hecho de escuchar a la madre o al padre, la lectura de cuentos, etc.
En forma frecuente también llegan niños y niñas que si bien no tienen afectada la comunicación evidencian retrasos en el habla importantes y el ingreso al jardín o la escuela primaria origina la preocupación. Hay guías que orientan a los profesionales a valorar el retraso del lenguaje por la cantidad y variedad de palabras que un niño debe decir en relación a su edad.
Por todo lo dicho hasta aquí el trastorno del desarrollo del lenguaje puede responder a variadas situaciones y puede presentarse o no asociadas a otros retrasos madurativos. Es difícil que un sólo profesional o especialidad pueda abarcar toda su problemática, debiendo incluir generalmente a otras áreas como los son la fonoaudiología, la psicología, la psicopedagogía, la terapia ocupacional, etc.
Será importante la detección precoz del problema, la comprensión y colaboración de la familia en su resolución y la capacidad de los profesionales para desarrollar una terapéutica adecuada en relación a la característica del problema.
Fuente: Vericat A. “Abordaje de los problemas del neurodesarrollo”. Programa Nacional de Actualización Pediátrica. Sociedad Argentina de Pediatría. 2022.
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