Muerte súbita

por | 31 julio, 2024

Algunas veces tomamos conocimiento de episodios cardíacos graves inesperados en personas jóvenes, sin antecedentes patológicos, mientras realizan actividad deportiva. Lamentablemente, el signo cardinal de la afección es el paro cardíaco y su consecuencia: la denominada muerte súbita.

Como su nombre lo indica, muerte súbita es la que ocurre en forma inesperada en una persona aparentemente sana, pero constituyendo generalmente el evento final de alguna patología cardiovascular desconocida hasta ese momento.

Aunque estos fenómenos suelen ser poco comunes, cada muerte tiene un efecto significativo y duradero en la familia y en la comunidad de la víctima. Más aún cuando ocurren en adolescentes que están comenzando una actividad ya sea en colegios o en instituciones deportivas.

La realización de evaluaciones físicas previas a competiciones de atletas es un paso tan importante como conocido para prevenir estos tristes episodios ya que permite en parte conocer condiciones cardíacas predisponentes que de otra forma no se notarían.

Sin embargo, no siempre se toman estas precauciones en niños o adolescentes que realizan deportes sin ser necesariamente atletas. El ejemplo más preciso es el estudiante secundario que comienza con actividad física más exigente comparada a la que venía llevando a cabo en la escuela primaria.

Hay afecciones cardíacas que pueden manifestarse frente a actividades deportivas competitivas en las que al esfuerzo muscular se le agrega el stress por ganar o superar algún desafío.

Si bien los estudios sugieren que la muerte súbita es más común en los no deportistas que en los atletas, está claro que la activad física intensa aumenta el riesgo de padecerla en individuos con enfermedad cardiovascular predisponente y que hasta ese momento generalmente desconocen. Estadísticamente la incidencia es mayor en varones respecto a las mujeres y la mayoría de los casos ocurren en la escuela secundaria o en la universidad.

En ausencia de traumatismos, la muerte súbita ocurre con más frecuencia en jóvenes que presentan la denominada miocardiopatía hipertrófica. Esta entidad es la resultante del engrosamiento de las paredes musculares del corazón que dificultan la correcta irrigación de las arterias coronarias, pudiendo provocar en consecuencia infartos masivos.

El examen clínico previo no suele diagnosticar patología, pero generalmente un electrocardiograma proporciona información valiosa en relación al incremento del tamaño de los ventrículos, que obliga a profundizar los estudios para su confirmación. Entre ellos, el ecocardiograma constituye en la modalidad de diagnóstico más confiable.

Hay otras anomalías cardíacas congénitas que también pueden ocasionar la muerte súbita en gente joven. Algunas veces las arterias coronarias poseen recorridos anómalos, provocando frente al esfuerzo infartos que en algunas oportunidades pueden ser fatales.

Se denomina miocarditis a la inflamación del miocardio, músculo responsable de la contracción cardíaca para el impulso de la sangre. Dicha entidad constituye según los especialistas la tercera causa más común de muerte súbita en atletas jóvenes. Puede ser causado por infecciones, enfermedades generalmente virales, fármacos y toxinas.

Por último, existen alteraciones en el ritmo cardíaco que pueden desencadenar una arritmia grave en oportunidad del ejercicio competitivo y llevar a la muerte.

Si bien todos estos fenómenos son estadísticamente poco frecuentes, es raro no recordar sucesos cercanos o alejados que terminaron con la vida de un niño o adolescente practicando deporte.

Por lo tanto, es importante la realización de evaluaciones físicas previas a la participación deportiva, en especial de niños y adolescentes que compitan en maratones o campeonatos. ya que muchas de las patologías comentadas anteriormente pueden no salir a la luz de otra forma.

Es importante tener en cuenta antecedentes de dolores sobre el pecho frente a esfuerzos físicos y la historia familiar de enfermedades cardíacas incluyendo muertes súbitas ocurridas en familiares directos.

Todo niño que inicia una actividad deportiva y todo adolescente que ingresa a la escuela secundaria debe poseer una evaluación cardíaca previa acompañada al menos por un electrocardiograma interpretado por un especialista.

Ningún procedimiento diagnóstico puede prevenir en forma total la muerte súbita de cualquier persona. Además, es esencial adoptar medidas preventivas secundarias, como aumentar el acceso a la capacitación en reanimación cardiopulmonar (RCP) y a desfibrildores externos automáticos, (DEA), así como establecer planes de respuesta a emergencias en las escuelas y en clubes.

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