Bronquiolitis 2024

por | 31 mayo, 2024

Cuando comienza el frío también empiezan los mocos en casi todas las familias. Los niños son generalmente los más afectados y son generalmente los que inician el ciclo de contagios en el hogar, distribuyendo el catarro a todos sus integrantes.

Los niños se caracterizan por la “facilidad” para producir moco en las vías respiratorias, debido especialmente a la mayor proporción de glándulas secretoras y al menor tamaño de las mismas vías. Estas características hacen del moco una realidad cotidiana en los niños que los identifica como “mocosos”, especialmente en épocas de frío.

El moco, por otra parte, sirve como primera defensa ante el ingreso de partículas o gérmenes que intenten llegar a las vías respiratorias más bajas, teniendo también en su composición sustancias que pueden inhibir o retrasar la reproducción de virus y bacterias.

Sin embargo, muchas veces el moco se convierte en una obstrucción para la entrada y salida del aire, especialmente cuando es espeso, provocando dificultades en la respiración.

La inflamación de la mucosa es en principio la que responde ante el ingreso de una partícula extraña al organismo, especialmente microorganismos, lo que lleva a la producción del moco. Estos dos componentes son los que conforman la respuesta de cualquier organismo frente a estas infecciones, haciéndose más evidente en los niños por los motivos ya comentados.

La gran mayoría de los catarros son de origen viral y por lo tanto no requieren medicación antibiótica. En todo resfrío la mucosidad en sus inicios es cristalina para pasar a ser más blanquecina y espesa a lo largo de su ciclo. La tonalidad más amarillenta es propia de la evolución del cuadro sin significar el agravamiento o la complicación del mismo.

En muchas oportunidades, un resfrío puede ser el inicio de una enfermedad que se traslade también a las vías respiratorias más bajas y pequeñas como los bronquios y los bronquiolos, especialmente en lactantes y niños pequeños entre los 2 meses y los 2 años de edad. En estos casos comienzan a aparecer signos de dificultad respiratoria que motivan en general la consulta a las guardias y servicios de urgencia durante las épocas de frío.

La bronquiolitis es la enfermedad que reúne las características comentadas, provocando signos y síntomas de dificultad para respirar. Es por ello que todo resfrío con o sin fiebre que aparezca durante estas edades puede constituirse en el inicio de la misma.

La bronquiolitis es una enfermedad viral producida especialmente por el virus Sincicial Respiratorio. Sin embargo, otros virus también la pueden producir: Influenza, Parainfluenza, Adenovirus, etc. Todos ellos son los que intervienen en los resfríos del resto de la población. De allí que es frecuente el contagio intrafamiliar, en especial proveniente de hermanos mayores, padres o cuidadores. Dado que los virus se transmiten por el moco es importante también el contagio entre niños que concurren a guarderías y jardines.

La dificultad respiratoria es lo más importante en la bronquiolitis. Si bien hay distintos grados de gravedad y la mayoría de los casos no requieren internación, la detección y la marcha de la misma es la que define la evolución y su tratamiento. El aumento en la frecuencia respiratoria, la tos, los silbidos, la retracción de las costillas y la panza sumado algunas veces al quejido constituyen signos de la dificultad para respirar, producto de la obstrucción de los bronquiolos.

La retracción de las costillas y el hundimiento de la panza son producidos por la utilización de músculos accesorios que el niño pone en juego para poder respirar. Los intercostales y el diafragma los utilizados para tal fin.

Todos estos signos comentados son fácilmente reconocibles por padres y cuidadores y son útiles tanto para el diagnóstico como para valorar la evolución de la enfermedad.

La fiebre, si bien suele acompañar, no es lo más importante en la bronquiolitis. El estado general no suele estar muy afectado, exceptuando los casos moderados o graves.

Lo importante es estar atentos ante estos signos para una consulta precoz y oportuna.

El tratamiento es siempre de sostén a la espera que la enfermedad comience a retroceder.

La posibilidad de obtener en forma rápida la saturación de Oxígeno por métodos incruentos ha significado una gran ayuda para comprobar el grado de compromiso de la respiración.

Es importante la humidificación de las vías aéreas por medio de nebulizadores. El aporte de broncodilatadores utilizando esta vía es frecuente y suele dar buenos resultados. El Oxígeno por medio de máscaras se indica en niños en los que se sospecha o se confirma la disminución del mismo en la sangre, requiriéndose en estos casos la observación en guardias, motivando algunas veces la internación.

Las medidas de prevención, como en toda enfermedad viral, pasan por la higiene y el lavado frecuente de manos, la ventilación de los ambientes, evitando la permanencia en aires viciados, con mucha concurrencia o muy calefaccionados. Es importante que los adultos, mientras cursen resfríos o estados gripales respeten cierta distancia con los niños pequeños. Estos últimos, no deben concurrir a las guarderías sin el alta por haber presentado episodios de fiebre y mocos.

 En relación a lo comentado y a modo ilustrativo conviene recordar que, durante el invierno de 2020, año pico de la pandemia, hubo muy pocos casos de bronquiolitis, probablemente relacionados con el distanciamiento obligatorio y demás medidas contra el Covid.

No hay relación comprobada entre esta enfermedad y el asma, si bien algunos asmáticos hicieron su debut con un episodio de bronquiolitis.

A partir de este año se inició la vacunación contra la bronquiolitis en embarazadas. Por medio de la misma la madre produce anticuerpos contra el virus sincicial respiratorio que transportados por medio de la placenta provocan la inmunidad del bebé.

Probablemente en un corto plazo se pueda contar con una vacuna oral para inmunizar a los bebés durante los primeros meses de vida. Mientras tanto, el conocimiento de la enfermedad y las medidas de prevención comentadas son las mejores armas para prevenirla o controlarla en forma adecuada.

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