El barbijo 2024

por | 30 junio, 2024

La aparición de enfermedades estacionales como los simples resfríos o más complejos como las bronquiolitis, gripes y neumonías vuelven a poner en escena al barbijo y otras medidas de prevención inespecíficas pero eficaces y económicas para reducirlas.

En el caso del barbijo, su utilización durante la pandemia por Covid constituyó para muchos la primera y más cercana experiencia en la relación con el mismo.

El uso del barbijo junto al distanciamiento influyó para que el Covid redujera su diseminación, especialmente hasta la llegada de las vacunas. Pero, además, tuvo una importante participación en la prevención de otras enfermedades respiratorias durante la pandemia, especialmente la bronquiolitis en niños pequeños.

También se aprendió durante la pandemia que al estornudar se lo debe hacer sobre el pliegue del codo, evitando utilizar las manos a fin de no diseminar los virus.

El uso del pañuelo descartable y su correcto descarte también se popularizó, siendo habitual en la actualidad su presencia en cualquier bolso o cartera.

El alcohol en gel tuvo su primer desembarco durante la epidemia de gripe A en 2009 manteniéndose su utilización a nivel popular hasta el presente.

Sin embargo, es el barbijo el que probablemente quedó olvidado entre las medidas de prevención desde que el fantasma del Covid fue desapareciendo de las noticias, comenzando a ser poco frecuente su utilización en ambientes cerrados y medios de transporte.

El otoño que termina y el invierno que se avecina traen consigo, como ocurre anualmente, un pico en las enfermedades respiratorias, siendo los virus los principales involucrados. Así los catarros, resfríos comunes, faringitis, laringitis, bronquitis y neumonías suelen estar a la orden del día durante estos meses, siendo más perjudicados los niños pequeños, los adultos mayores y los inmunocomprometidos. En el primero de los grupos cabe destacar a la bronquiolitis producida por el virus sincicial respiratorio y entre los adultos la aparición de casos de gripe y de Covid, especialmente en los no vacunados.

Todo lo comentado hasta aquí no hace más que revalorizar todas las medidas de prevención que tengamos a nuestro alcance. Una de ellas es la utilización del barbijo.

Como dijimos anteriormente, el barbijo ha probado reducir la posibilidad del contagio evitando que las pequeñas gotitas de saliva o moco puedan expulsarse al exterior. En principio no será ya necesario la utilización de los más sofisticados con filtros especiales. Bastará uno simple que puede ser hasta “casero” que ocluya boca y nariz cuando se viaja en medios públicos o se permanezca en ambientes cerrados con escasa ventilación. Lo mismo en el caso de estar afectado por cualquier enfermedad respiratoria a fin de evitar contagiar a las personas que nos rodean.

Los adultos mayores de 50 años son los más beneficiados por su uso dado que a partir de esa edad las complicaciones de enfermedades respiratorias virales suelen incrementarse. El barbijo también impedirá trasladar virus a los hogares y de ese modo evitará contagiar a la familia, en especial a niños y ancianos.

La inclusión del barbijo en nuestro equipaje diario debe constituirse en un hábito saludable a fin de ser utilizado en lugares o situaciones donde un contagio puede ser probable, complementándose con las demás medidas de prevención como los pañuelos, el lavado de manos y la orientación del estornudo.

Debemos aprovechar la experiencia adquirida por la pandemia para luchar contra estas enfermedades que, sin ser Covid, se cobran anualmente miles de muertes, especialmente en niños pequeños, ancianos o personas con enfermedades concurrentes.

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