Hisopos o cotonetes

por | 24 octubre, 2016

MALDITO HISOPO

hisopo1El mal hábito de limpiar y secar orejas con cotonetes

 

Noviembre 2016

Es común en el baño de cualquier hogar encontrar un envase de hisopos o cotonetes. Generalmente las costumbres transmitidas de generación en generación suelen hacer casi indispensable contar con ellos a la hora de limpiar o secar los oídos o incluso sofocar el prurito de los mismos. También es frecuente la consulta en las guardias médicas de lesiones en los oídos provocadas por el empleo de estos utensilios, más aún cuando son utilizados por los niños sin la supervisión de algún adulto.

El motivo más frecuente para el uso de los hisopos está dado por la necesidad de remover la cera o cerumen que se suele acumular sobre el conducto auditivo externo. Este material, normalmente secretado por las glándulas de dicho conducto, cumple la función de evitar el ingreso de polvo del medio ambiente, impidiendo que el mismo llegue a la membrana del tímpano. Por lo tanto, el cerumen no debe ser removido, salvo la obstrucción en forma total el conducto produciendo hipoacusia. No obstante ello la remoción de la cera nunca debe realizarse con un hisopo dado que, por el contrario, suele empujar el tapón aún más adentro e impactar el mismo contra la membrana timpánica pudiendo dañarla. Dicha impactación provoca dolor y mayor dificultad para la definitiva y correcta limpieza del conducto.

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Otro motivo por el cual se suelen usar los hisopos es el secado luego del baño o del natatorio. Las mismas consideraciones relatadas caben también para esta situación con el agravante que por la humedad el extremo de algodón puede desprender algunas fibras que terminan dañando el conducto.

Muchos niños, incluso los muy pequeños, copian a sus padres, introduciendo el cotonete y provocando algunas veces lesiones con el consiguiente dolor e inflamación.

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La introducción de cualquier objeto extraño en el conducto auditivo es siempre perjudicial. Los chicos muchas veces, dada la costumbre y a la falta ocasional del hisopo, pueden introducir cualquier objeto para aliviar el prurito en un oído. Es frecuente la extracción de cuerpos extraños en las guardias médicas originadas por este hábito. Un tapón de algodón desprendido de los hisopos “caseros” es lo más común de encontrar en estos casos.

La agresión del conducto auditivo externo secundario a estos hábitos favorece la infección del mismo produciendo otitis externas con gran dolor, especialmente si tiramos suavemente del pabellón auricular. Dicha afección requiere muchas veces la indicación de antibióticos locales. La perforación del oído medio  por parte de objetos punzantes puede ser también secundaria al mismo fenómeno.

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Por todo lo descripto se puede concluir que sólo se debe higienizar el pabellón auricular y la entrada al conducto. Si fuera necesario se debe aprovechar el baño para hacer ingresar agua al oído en forma pasiva para luego evacuarla de la misma forma. Para el secado basta la toalla sobre las orejas y si fuera necesario aprovechar el secador del cabello para complementarlo.

Todo prurito frecuente, dolor de oídos o hipoacusia debe ser siempre evaluado por el especialista. El hisopo o cualquier objeto extraño en los mismos están siempre contraindicados.

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