Otitis

por | 1 septiembre, 2011

otitis5¡QUÉ DOLOR!

La infección de los oídos en los niños

 

SEPTIEMBRE 2011

 

Se denomina otitis a la inflamación del oído. Será externa cuando afecte al conducto auditivo externo y se denomina media cuando se localiza en el oído medio. Este último recibe el sonido del conducto auditivo y por medio de la membrana timpánica hace mover los huesecillos para transmitir las ondas sonoras que el oído interno recogerá y  transmitirá como impulso nervioso al cerebro.

La manifestación principal de la otitis es el dolor, generalmente intenso que dificulta la actividad normal de cualquier niño. Otros signos y síntomas variarán según el lugar donde se localice la inflamación.


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La otitis externa, como dijimos, afecta al conducto auditivo, su inflamación generalmente es similar a una afección de la piel. La zona oscura y húmeda favorece el desarrollo de irritación, hongos y bacterias, más frecuente en verano, con la práctica de la natación. Muchas veces el uso indebido de hisopos, el rascado excesivo o la introducción de cuerpos extraños en los más chiquitos, dañan al conducto y posteriormente presentan infección de la zona. La consecuencia es la aparición del dolor que generalmente se intensifica al movilizar o tironear de la oreja. El tratamiento generalmente es local, corrigiendo malas prácticas de higiene, protegiendo al conducto auditivo externo de la humedad o del agua de las piletas , extrayendo el cuerpo extraño por manos de un profesional o, algunas veces, indicándose tratamiento local por medio de gotas que actúen contra el agente que causó la infección.

La otitis media aguda es una de las más frecuentes consultas al pediatra. Uno de cada tres niños ha presentado al menos tres episodios de otitis en sus primeros tres años. El origen principal es el catarro de vías aéreas superiores y la consecuente obstrucción y ascenso de gérmenes por la Trompa de Eustaquio hacia el oído medio. La Trompa de Eustaquio es un conducto que comunica al oído medio con las fosas nasales. Su función normal es la de equilibrar la presión existente dentro de la caja timpánica, (oído medio), con la presión atmosférica, para la mejor conducción del sonido por intermedio de los huesecillos. Cuando la misma se obstruye, generalmente por la presencia de moco, las presiones dejan de equilibrarse y la caja   de ventilarse. Por ese motivo suelen ascender gérmenes que,  al irse reproduciendo, alcanzan el oído medio provocando finalmente la infección. La otitis media entonces se manifiesta con la inflamación de la membrana timpánica, que es la que el médico observa mediante la otoscopía. El dolor entonces es intenso, habitualmente relacionado con la presión existente en el oído medio. Algunas veces, cuando la inflamación sigue progresando, se produce la perforación de la membrana, con la eliminación de material purulento hacia el conducto auditivo externo y una disminución del dolor. Se habla entonces de otitis media supurada.


otitis3Durante el transcurso de la otitis media, generalmente, además de dolor,  hay disminución de la audición, producto de los acontecimientos que se suceden  donde se debe conducir el sonido.

Los gérmenes que producen la otitis media aguda son habitualmente bacterias, entre las cuales encontramos a nuestros conocidos neumococo y hemophillus. Algunos de sus tipos están incluídos en las vacuna pentavalente y cuádruple del calendario oficial y en la antineumocóccica de reciente adopción.

 


otitis1El tratamiento de la otitis media aguda nunca pasa por la administración de gotas en el oído afectado. Siempre hay que dar prioridad a calmar el dolor con los analgésicos habituales o que indique el profesional por vía oral. Según el grado de progresión de la infección y la edad del paciente se indican antibióticos. Cuando la enfermedad tiene un curso favorable, lo primero que cede es el dolor, a pesar que la inflamación persista.

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La otitis no siempre termina en perforación y muchas veces se autolimita. Habrá que actuar sobre la fluidificación de los mocos y la correcta ventilación de la Trompa de Eustaquio. En relación a esta última, los niños se encuentran más propensos a presentar otitis dada la pequeña longitud y la mayor horizontalidad de la misma durante las edades tempranas de la vida. La succión del biberón, totalmente distinta a la del pezón materno, favorece el desarrollo de otitis. Más aún los niños que suelen tomar mamaderas mientras se encuentran acostados.

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 La membrana timpánica una vez en etapa de curación se cierra, cicatrizándose. Hasta tanto ello se produzca la caja timpánica queda en comunicación con el exterior por el conducto auditivo. De ahí también la contraindicación de gotas que pueden ingresar al mismo y dañar los huesecillos.

Algunas veces la obstrucción prolongada de la Trompa de Eustaquio por catarros frecuentes, por hipertrofia adenoidea, por motivos alérgicos, etc. hace que el oído medio continúe con mala ventilación. Se producen otitis reiteradas y otras veces persiste líquido dentro de la cavidad timpánica, facilitando infecciones secundarias y además provocando hipoacusia. Este último factor, en edades en las que el desarrollo y maduración del lenguaje dependen en gran medida de una correcta audición, hacen que la solución del problema muchas veces requiera tratamientos por especialistas que, algunas veces,  pueden incluir la cirugía. La misma generalmente está circunscripta a la colocación de diábolos en la membrana timpánica y la adenoidectomía. El primer método es dejar abierta una «ventanita» por medio de la colocación de un tubito para la ventilación continua del oído medio, evitando la acumulación de líquido por un determinado tiempo. Lo segundo es la extracción de las adenoides, tejido linfático que se encuentra por detrás de la nariz y que algunas veces con su infección pueden favorecer el desarrollo de otitis.