La piel y el agua

por | 23 diciembre, 2023

Verano, piletas y mar

LA PIEL EN CONTACTO CON EL AGUA

Enero 2024

La natación en los niños se asocia con una mayor salud física y mental, sumando la habilidad vital para reducir el riesgo de ahogamiento.

Sin embargo, algunos niños que concurren a piletas o balnearios suelen presentar distintos tipos de   dermatitis alérgicas o irritaciones atribuidas al contacto de la piel con el agua, motivando innumerables consultas médicas.

Por otra parte, hay niños que poseen una piel que se inflama con facilidad, son atópicos y el agua puede ser el punto de partida para el inicio de un brote.

Lamentablemente, ante los efectos comentados, muchos niños con estas características ven restringida la posibilidad de disfrutar de los juegos en el agua o de practicar la natación. En el otro sentido, las dermatitis y en especial las debidas a atopía pueden tener un efecto profundamente negativo en la calidad de vida de cualquier persona.

Uno de los principales aspectos a tener en cuenta es la acción del agua sobre la barrera cutánea. Tanto el agua como el sol favorecen la deshidratación de la piel. Aunque parezca un contrasentido, la sequedad entonces sería el punto de partida de la inflamación, más aún en niños con atopía.

Un estudio reciente ha demostrado que la deshidratación de la piel aumenta inmediatamente después de 2 horas de entrenamiento intensivo de natación, volviendo a la normalidad después de 30 minutos.

No se ha podido demostrar hasta la fecha que el inicio de la natación en edades tempranas pueda ser la causa del comienzo de brotes sucesivos de dermatitis.

La piel inflamada y con una barrera alterada puede infectarse más fácilmente dado el frecuente prurito que producen, transmitiéndose la infección por medio del agua a otros niños. Obviamente, es aconsejable evitar la concurrencia a piletas hasta que las lesiones sanen por completo.

El molluscum contagiosum es un virus que afecta la piel. Suele contagiarse en piscinas, especialmente en niños que nadan regularmente. El molusco contagioso es una infección benigna y auto limitada que no debería ser causa de exclusión en las piletas de clubes o centros deportivos.

Otra cuestión a tener en cuenta es la característica del agua. Las piscinas suelen contener aguas denominadas “duras” por poseer Cloruro de Calcio agregado con el fin de evitar la corrosión en la superficie de las mismas. El Calcio en el agua puede dañar la barrera cutánea, aumentando la sequedad y la irritación de la piel, más aún en niños con dermatitis atópica, provocando brotes o exacerbaciones. El Cloro presente en todas las piscinas con fines antisépticos puede causar dermatitis por contacto directo o por irritación si el mismo no está bien diluido en el agua.

El ph, o sea la alcalinidad o la acidez, es el factor más importante en la química del agua, pudiendo afectar la eficacia del cloro, especialmente contra bacterias y quistes que pueden diseminarse en un medio líquido. El valor de ph ideal para que el agua no irrite los ojos o inflame la piel debe poseer un valor ligeramente alcalino, en el rango de 7,2 a 7,4.

Se debe recordar aquí, que la piel posee normalmente un manto ácido que proporciona una barrera contra patógenos, irritantes y alérgenos. La alcalinización excesiva de la misma puede provocar también sequedad e irritación.

Las piscinas con aguas tibias suelen provocar en forma más frecuente irritaciones y reacciones inflamatorias.

Muchos niños reportan pieles más irritadas con el agua de mar en comparación con el de las piscinas. Otros en cambio a la inversa, se sienten mejor con el agua salada.

No está claro aún la utilidad de usar emolientes o cremas protectoras de la piel antes y/o después de nadar.  Investigaciones futuras probablemente se expedirán sobre las mismas.

En cambio, se ha demostrado que el cloro residual en los trajes de baño al salir de una piscina ocasiona casi los mismos perjuicios que la inmersión en el agua. Es importante que los niños atópicos o con irritaciones frecuentes se quiten la ropa de baño luego de salir de la pileta para luego enjuagarse con agua dulce. Lo mismo debe ocurrir al salir del mar.

El contacto con ciertos equipos de natación como antiparras, máscaras de buceo y gorras de baño pueden causar irritación o provocar alergias, en especial a componentes del caucho o plástico.

 

Todas las recomendaciones comentadas no deben impedir que niños alérgicos, con dermatitis frecuentes o atópicos concurran a piscinas y practiquen la natación. Dicha actividad en la infancia se asocia con innumerables beneficios para la salud física y mental, además de constituirse como aprendizaje de una habilidad esencial para reducir el riesgo de ahogamiento.

Fuente:  Camal O’Connor y col. “Natación y dermatitis atópica”. Pediatric Dermatology. 2023

 

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