Humo de cigarrillo

por | 27 noviembre, 2020

Otra forma de tabaquismo pasivo

EL HUMO DE TERCERA MANOhumo3

Diciembre 2020

 

Son ampliamente conocidos y difundidos los efectos nocivos del cigarrillo sobre la salud. El humo del tabaco posee una innumerable cantidad de sustancias que agreden al organismo provocando distintos tipos de desórdenes entre los cuales sobresalen los producidos sobre el aparato respiratorio como el enfisema, la insuficiencia respiratoria y el cáncer de pulmón.

Las políticas de control del tabaquismo han logrado reducir el consumo de cigarrillos en el interior de espacios públicos y centros de trabajo. Dicha estrategia no sólo desalienta el consumo por parte del fumador sino que también protege a los que sin fumar respiran el humo del  que fuma.

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Como resultante, existe un humo que en forma primera es inhalado por el fumador, que se podría denominar de “primera mano” y otro que es el que consume en forma involuntaria la persona que comparte la habitación, el cuarto o cualquier ambiente cerrado. Es el denominado humo de “segunda mano”. Es también el denominado tabaquismo pasivo que, tan peligroso como el activo, motivó la prohibición del cigarrillo en lugares que no fuesen abiertos.

La principal víctima de este humo de segunda mano son siempre los niños especialmente cuando uno o ambos  padres tienen el hábito de fumar. Los síntomas y signos respiratorios son casi siempre los primeros en aparecer y se van haciendo cada vez más frecuentes que respiran el humo en forma pasiva. Cabe recordar que está demostrada la mayor frecuencia de muertes súbitas en cuna que suceden en lactantes con padres fumadores.

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Sin  embargo el ciclo del humo del cigarrillo y sus efectos nocivos no finalizan con la comentada inhalación pasiva.  Existe otro humo, tan perjudicial como los dos primeros que está llevando la atención de muchos especialistas: el humo de tercera mano.

El humo denominado de tercera mano es conocido como la combinación de gases y partículas que, tras haber fumado, persisten en las superficies: (almohadones, alfombras), en el polvo o incluso en el cabello, la piel y la ropa de las personas. Además muchos de sus componentes pueden ser también ingeridos o incluso absorbidos a través de la piel.

La exposición a este humo, “de tercera mano”, resulta particularmente peligrosa para los niños. Son los que habitualmente pasan la mayor parte de su tiempo en entornos privados, (hogares o coches) sin poder evitar la exposición. El gateo y el llevarse juguetes o cosas a la boca exacerban los efectos de este humo que impregna dichos objetos.

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Por otra parte, a diferencia de los adultos, los niños poseen un sistema inmunológico en desarrollo,  una piel más fina y una frecuencia respiratoria normal más elevada. En suma factores que juegan en contra frente a las toxinas de este humo.

Los daños provocados por este tercer humo fueron descubiertos no hace bastante tiempo y aún se siguen estudiando las consecuencias a largo plazo de su exposición. No obstante existe suficiente evidencia  que aumenta el riesgo de desarrollar síntomas respiratorios, cáncer e incluso incrementar el riesgo de mortalidad asociada.

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Por lo tanto no alcanza evitar fumar en el mismo ambiente del niño, es necesario que la ropa u objetos que toca el niño no se encuentren impregnados en forma residual con el humo. En este sentido cabe destacar la importancia de dicho fenómeno en la ropa de padres y familiares fumadores, especialmente si visten telas de lana o algodón. Tener en brazos a un bebé en estas circunstancias estaría poniendo en riesgo la salud del niño.

Es necesario ampliar la publicidad antitabaco para concientizar a la población sobre el peligro de este humo.

La prevención pasa por garantizar ambientes libres de humo que no sólo incluyan los ambientes públicos o de trabajo sino también  los hogares, automóviles y demás ambientes donde pueda transitar un niño.

humo7Dado que  está demostrado que los  componentes del tabaco pueden permanecer adheridos durante meses en distintas superficies, se deben extremar las medidas en relación a la higiene de manos, pelo y ropa antes de que el adulto fumador se relacione con niños. No basta sólo con no fumar en presencia de los más pequeños. Si se fuma antes se impregnan la ropa, las manos y el pelo.

Principales recomendaciones para la reducción en la exposición al humo de tercera mano: (Tomado de la fuente del presente artículo)

  • Dejar de fumar es la mejor prevención
  • La protección completa se consigue con hogares y coches libres de humo.
  • Evitar fumar en el hogar, autos o cualquier otro espacio donde la familia pase una gran parte del tiempo, especialmente si se trata de ambientes cerrados.

Si no fuera posible tener un ambiente libre de humo  se recomienda:

  • Ventilar con frecuencia
  • Limpieza regular de las superficies expuestas con productos ácidos como soluciones diluidas con vinagre blanco.
  • Aspirar semanalmente con filtros especiales.
  • Cambiar las alfombras, sofás y la ropa de cama que hayan estado expuestos, ya que el humo de tercera mano no se puede eliminar por completo en ese tipo de tejidos.

En fumadores antes de relacionarse con niños:

  • Lavarse las manos y la cara.
  • Cambiarse de ropa (especialmente si se trata de tejidos de lana o algodón).

Fuente: Lidón-Moyano C. y col. “Humo de tercera mano y otros retos del control del tabaquismo en la población pediátrica”. Arch.Pediatr. 2020;93(5):279-281

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