Más sobre alimentación complementaria

por | 30 septiembre, 2024

Hay muchas y variadas técnicas para iniciar la alimentación semisólida de los bebés, partiendo siempre de la premisa de que el objetivo buscado es la incorporación y aceptación de los distintos tipos de alimentos. No hay un método específico ni un orden estricto para incorporar las distintas comidas, exceptuando aquellas que pueden no estar aconsejadas hasta una determinada edad, como se desarrolló en el artículo del mes pasado.

Hay en la actualidad tres técnicas con las cuales se puede iniciar la alimentación semisólida de un bebé. Lo ideal es que cada familia junto con el pediatra evalúe cuál de ellas resulta más confortable y pueda tener mayor aceptación, esto último relacionado especialmente con las tradiciones culturales y con las características del niño. Es difícil aconsejar un alimento o una preparación cuando ninguno de los adultos acostumbra comerlos.

En realidad, las tres técnicas aquí presentadas pueden ser complementarias, no debiendo existir fundamentalismos en su elección, adecuándose como se dijo anteriormente, a cada situación particular.

Por lo tanto, también se puede tomar de cada una de ellas lo que cada familia pueda cumplir, con el único objetivo de presentar comida variada, saludable y aceptada por el bebé.

La exposición sostenida y reiterada a los alimentos en sus diferentes presentaciones, texturas, colores y sabores va generando su aceptación. De esta forma se construyen el gusto y el paladar.

  1. Papillas: Implica el pisado o el desmenuzado de los alimentos, enriquecidos con aceite de oliva o maíz. Se aconseja evitar el uso de procesadoras o licuadoras para que el bebé pueda ir reconociendo distintas texturas y consistencias. Tradicionalmente se inicia con el puré amarillo, (zanahoria y zapallo) y las frutas. En forma progresiva y en relación a la aceptación del niño se van agregando otros grupos alimentarios como el huevo, el queso y las carnes.
  2. BLW (Baby Led Weaning): Es la técnica de alimentación complementaria, autorregulada por el bebé, en trozos. Requiere que el niño se siente e implica su participación activa con supervisión, pero sin intervención de los adultos. Se deja que juegue con los alimentos, los toque, los explore y los lleve a la boca. Esta técnica propone una mayor y mejor regulación de la ingesta. La comida debe ser blanda para que puedan ser aplastados con sus encías y lengua. Se incorpora además en forma precoz al bebé a la mesa familiar sin necesidad de preparar otros alimentos diferentes al resto de la familia.
  3. BLISS (Baby led introduction to solids): Es una modificación de la BLW con la introducción de alimentos que contienen mayor cantidad de hierro y energía. Las carnes, (roja, pollo, pescado), las legumbres (lentejas, porotos) y la palta, la banana, la papa y la batata en forma respectiva.

Independientemente de la técnica alimentaria, el momento de la comida debe ser siempre supervisado por un adulto.

No hay evidencias científicas que indiquen que con la técnica de BLW o BLISS los niños tengan mayor posibilidad de atragantamiento. Lo importante es no dejarlo solo mientras coma.

Se deben evitar la presencia de dispositivos electrónicos que puedan distraerlo o hacerle perder interés en lo que se le está presentando.

Por último, se aconseja ofrecer entre 8 y 10 veces un alimento antes de definir que el mismo es rechazado.

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