DENGUE 2022
También puede ser invitado a la pandemia
Enero 2022
El dengue es producido por un virus que requiere de la picadura de un mosquito para su transmisión. El insecto en cuestión es el Aedes aegypti que posee hábitos peridomiciliarios. Se desarrolla íntegramente dentro de las viviendas o muy cercanas a ellas, en todo recipiente que acumule agua quieta y no demasiado sucia. Posee un reducido radio de vuelo, encontrándolo fácilmente en áreas circundantes a la vivienda de una persona afectada.
El virus ingresa al mosquito cuando la hembra pica a una persona enferma de dengue. Luego de aproximadamente 8 a 10 días el insecto está en condiciones de inocularlo a cualquier individuo sano con cada picadura.
El mosquito Aedes Aegypti está ampliamente distribuido en las Américas, en todo su territorio con la excepción de Canadá y Chile continental.
Hay 4 serotipos de virus identificados denominados DEN1, DEN2, DEN3 y DEN 4. Todos se encuentran a lo largo del continente y en algunas partes lo hacen en forma simultánea.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud entre los años 2000 al 2009 se habían diagnosticado 6.780.000 casos de dengue. Entre 2010 y 2019 la cifra casi se triplicó ocurriendo en este último lapso 16.520.000 casos. En nuestro país entre el último trimestre de 2019 y el primer semestre de 2020 se registró uno de los brotes más importantes de la enfermedad de los últimos años, en coincidencia con el inicio de la pandemia por Covid, lo que muchas veces significó una gran dificultad en la diferenciación de los síntomas de una u otra enfermedad. Durante este brote se constató la presencia de 3 de los 4 serotipos mencionados, siendo el DEN1 el más preponderante.
El Dengue es una enfermedad infecciosa que puede afectar a todo el organismo, manifestarse en forma totalmente asintomática o presentar una amplia gama de síntomas y signos con distintos grados de severidad, desde formas leves a graves. Posee un período de incubación, desde la picadura del mosquito, entre 4 y 10 días a la que suele seguir la fiebre, el dolor de cuerpo generalizado, cefalea intensa, enrojecimiento de cara y conjuntivas y en algunos casos brote en la piel de distintas partes del cuerpo. Tantos síntomas inespecíficos son los que se superpusieron a los del Covid en la primera parte de la pandemia durante 2020 y que en muchos casos dificultaron el diagnóstico inicial de una u otra enfermedad.
El cuadro febril suele durar una semana luego de la cual, en la mayoría de los casos, hay una convalecencia que suele prolongarse un par de días. En los niños todo el ciclo puede pasar inadvertido, comportándose como un cuadro febril totalmente inespecífico.
Sin embargo, algunas personas, cuando la fiebre comienza a descender, pueden experimentar una desmejoría, manifestando dolor abdominal intenso, vómitos, alteración del sensorio, derrames y hemorragias, pudiendo pasar rápidamente al shock. Es la aparición del denominado dengue grave. Hay compromiso de diversos órganos por escape de líquidos de vasos sanguíneos. Se observan signos de inflamación generalizada por la probable reacción desmedida de las defensas que terminan agrediendo al mismo organismo y por la acción también del mismo virus.
El riesgo de padecer dengue grave está relacionado con la infección de un serotipo seguida por otra infección con un serotipo diferente. De esta forma y no tomado a tiempo el dengue puede llevar a la muerte a una persona.
El diagnóstico de la enfermedad se determina mediante el aislamiento del virus o sus genes en la sangre durante los primeros días de la misma. A partir del sexto día de evolución son más útiles las pruebas indirectas que establecen la presencia de anticuerpos frente a la enfermedad.
No existe a la fecha un tratamiento específico contra el virus del dengue. En los casos leves o con pocos síntomas se puede utilizar Paracetamol para aliviar la fiebre y los dolores, evitando el Ibuprofeno y los corticoides. En los casos graves el mejor tratamiento es la derivación precoz a un centro médico.
La prevención es el mejor medio para evitar la proliferación de la enfermedad. Por lo tanto, todas las acciones deben ser dirigidas a eliminar los eventuales criaderos de mosquitos, especialmente el agua estancada de lluvia en jardines, patios o balcones.
Los repelentes se pueden usar a partir de los 2 meses de edad, evitando la presentación en aerosol. En los niños es conveniente colocar la crema o emulsión en las palmas de la mano de quien lo va a aplicar en las zonas de la piel más expuestas. Se debe tener la precaución de repetir la aplicación cada 2 horas si la formulación del repelente posee concentraciones bajas como suelen tener las presentaciones para niños.
Hay a la fecha una sola vacuna autorizada en nuestro país contra el Dengue. Su mayor eficacia se encuentra en la prevención de las internaciones y del Dengue grave. Por lo tanto, sólo está indicada en aquellas personas que posean anticuerpos debido a enfermedad pasada y puedan infectarse con un serotipo distinto, desencadenando un dengue grave o complicado.
Fuente: López O. “Dengue”. Programa Nacional de Actualización Pediátrica. S.A.P. 2021.
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