Picaduras de insectos

por | 24 octubre, 2017

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Lo que hay que saber

Noviembre 2017

Las picaduras de insectos en la infancia son frecuentes dadas las muchas actividades que realizan los niños al aire libre, en especial durante primavera y verano. Los insectos heminópteros son los causantes de picaduras que potencialmente pueden provocar desde importante reacción en la piel hasta trastornos del estado general. Los heminópteros se caracterizan por poseer 2 pares de alas membranosas y un aparato bucal más desarrollado. Existen aproximadamente 16.000 especies  de insectos de los cuales sólo el 1% produce picaduras a los seres humanos. Entre ellos se destacan a las abejas, las avispas y las hormigas.

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Afortunadamente la gran mayoría de las picaduras por estos insectos provoca fenómenos locales como hinchazón de la zona, enrojecimiento y dolor o prurito que ceden con simples medidas terapéuticas a las horas o días. Cuando las reacciones son más extensas generalmente se encuentran involucrados mecanismos alérgicos. Según registros médicos, las reacciones que pueden comprometer la vida de un niño corresponden aproximadamente entre un 0,4 y 0,8% de todas las picaduras, porcentaje más bajo que en los adultos para los cuales los fenómenos graves constituyen  el 2 a 3,5%.

La identificación del insecto responsable de la reacción es fundamental para el diagnóstico, la prevención  y el tratamiento.

Para que se produzca la reacción alérgica a una picadura debe existir el antecedente de un episodio similar anterior que provoque una sensibilización para motivar la gran inflamación ante el nuevo contacto.

El efecto tóxico suele ser el más frecuente y no requiere de la experiencia previa. El veneno produce una inflamación responsable del enrojecimiento, el dolor y la hinchazón de la región. Cuando se producen múltiples picaduras, el efecto tóxico acumulativo del veneno puede provocar un cuadro general  difícil de distinguir de una reacción alérgica grave que puede llegar a ser fatal, especialmente frente a enjambres de insectos dentro del hábitat natural de los mismos. Otras veces la gravedad de la picadura está dada por su localización. De producirse en cara o en la boca puede obstruir la vía aérea dificultando la respiración.

picaduras4Las habituales ronchas secundarias a picaduras son provocadas por fenómenos alérgicos locales. Son comunes la picazón, el dolor y el disconfort que suelen resolverse a las horas o durante el día siguiente. El grado máximo de reacción alérgica lo constituye el llamado “shock anafiláctico”. Constituye una emergencia médica dado que pone en juego la vida de la persona. A los signos locales ya expresados se agregan en este cuadro síntomas generales como mareos, desvanecimiento, náuseas, vómitos, diarrea, dificultad para respirar, arritmia del corazón y muerte en caso de no ser resuelta.

Como se dijo anteriormente, la identificación del insecto cobra mucho valor, en especial en los casos graves o extendidos y permite muchas veces conocer los motivos de la picadura. Por ejemplo, las abejas se caracterizan por tener el abdomen peludo, dejan el aguijón clavado y mueren por evisceración. Las abejas melíferas  forman colonias, tienen instinto defensivo del nido y pican si se sienten amenazadas; las del género Bombus o abejorros son más grandes que las melíferas y forman nidos en el suelo o huecos donde sobreviven al invierno. Las avispas carecen de pelo y pueden picar en más de una ocasión, ya que su aguijón es liso y no queda en el sitio de puntura. Las avispas papeleras o Polister tienen abdomen fusiforme y construyen nidos pequeños en huecos. Las del género Vespula tienen el abdomen cortado verticalmente en su parte terminal, hacen sus nidos enterrados en el suelo, mueren en invierno, excepto la reina.

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Entre las hormigas coloradas, la Solenopsis invicta es la más importante. Su coloración puede variar del castaño oscuro al rojo. Su actividad está en relación con las altas temperaturas. Suele construir hormigueros debajo del nivel del suelo con hojas y tallos de gramíneas. Su distribución se verifica en las siguientes provincias: Formosa, San Luis, Mendoza, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe, Chaco, Córdoba y noroeste de Buenos Aires.

En todos los casos donde existan antecedentes de reacciones graves se debe confirmar o descartar que la misma tenga origen alérgico. Para ello se utilizan  pruebas cutáneas que consisten en enfrentar a la persona con el veneno del insecto a muy pequeñas cantidades por vía intradérmica y observar la reacción, todo ello mediante control y evaluación médica. En caso de arrojar un valor positivo, la confirmación de la alergia obliga a tener precauciones especiales con estas personas, especialmente si se trata de niños.

Precauciones:

  1. Evitar comer o beber al aire libre.
  2. Actuar con precaución al trabajar en corrales, jardines, manejar basura, en las excursiones campestres y al practicar cualquier otra actividad al aire libre.
  3. No beber agua de las canillas o mangueras en el jardín. Vigilar las zonas con piscinas.
  4. Usar siempre zapatos en exteriores. En paseos en bicicleta o moto, llevar casco, mangas largas y guantes.
  5. No utilizar ropas sueltas por las que puedan penetrar insectos ni colores vivos o motivos florales.
  6. Evitar el uso de perfumes.
  7. Comprobar si hay insectos en los vehículos al disponerse a conducir y mantener cerradas las ventanillas.
  8. No hacer movimientos rápidos o bruscos ante los insectos. La mayoría no pica a menos que sean provocados.
  9. Todos los nidos y colmenas de la vecindad deben ser eliminados por un desinsectador profesional y no por el paciente sensible.
  10. No confiar en los productos repelentes de insectos como medio de protección.
  11. Llevar, en todo momento, una pulsera o placa de identificación.
  12. Tener siempre a mano un botiquín de emergencia. Los familiares, cuidadores y autoridades escolares deben saber utilizarlo.
  13. Garantizar la atención médica inmediata después de administrar el tratamiento de urgencia.

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Tratamiento inmediato frente a una picadura:

Si el aguijón está presente, se debe remover inmediatamente, sin comprimir, para prevenir la inyección adicional del veneno (esta acción debe ser realizada con un objeto duro y romo en dirección contraria al ingreso). Se debe realizar la higiene de la zona de la picadura con agua limpia y luego colocar solución antiséptica para

prevenir la infección. Se deben colocar compresas frías para reducir el dolor y la hinchazón o edema local.

Generalmente se deben administrar antihistamínicos que deben ser indicados por el médico con las dosis correspondientes.

En el caso de reacciones graves o anafilácticas, mientras se espera al personal de urgencias, se debe proceder a remover con cuidado al aguijón y colocar a la persona afectada acostada, con las piernas elevadas. Se deben evitar los cambios posturales, especialmente a la posición erecta, que pueden contribuir a una evolución fatal. Se debe mantener la vía aérea permeable y evaluar la posibilidad de administrar oxígeno.

Tratamiento con inmunoterapia:

Debe ser indicado y realizado por el especialista en Alergia e Inmunología.

La inmunoterapia  está universalmente aceptada como el tratamiento de elección para prevenir reacciones anafilácticas por picaduras de himenópteros. Se reconoce como segura y eficaz. Es el único tratamiento que puede, a partir de la inmunomodulación, modificar la respuesta biológica ante una nueva picadura y, así, cambiar el curso natural del fenómeno alérgico. En este tratamiento, la vía es siempre subcutánea y respeta el modo de ingreso natural del veneno del insecto. Induce un estado de tolerancia inmunológica con disminución de la respuesta ante la reexposición a futuras picaduras.

Fuente: Comité de Alergia e Inmunología. «Alergia a picadura de heminópteros en pediatría: actualización 2017» Archivos Argentinos de Pediatría. 2017.

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