LA OPORTUNIDAD PARA ADOPTAR ACTITUDES SALUDABLES
Enero 2015
Las vacaciones están ahí, a un pasito nomás. Imaginamos un período de descanso y tranquilidad. Debemos reponer energías para el año que se inicia. Los chicos finalizaron el año escolar y están libres para el esparcimiento.
Las valijas se llenan de ropa acorde a los días que vamos a disfrutar. El mar o la montaña nos llaman. Nos brindarán la oportunidad de compartir generalmente una vida de mayor contacto con la naturaleza, en especial nuestros hijos experimentarán sensaciones tan distintas como la variedad de lugares que se hayan elegido para vacacionar. Si decidimos quedarnos en casa habrá más tiempo para reflexionar y compartir momentos.
Lo cierto es que, así como habrá un cambio pasajero en nuestro modo de vida, ese cambió debería continuar actitudes saludables implementadas durante el año o , si fuera el caso, constituir el inicio de las mismas.
Un ejemplo es la mamá que da pecho a su pequeño. Generalmente el incremento de las temperaturas hace que el niño requiera mayor cantidad de líquido. La lactancia materna exclusiva es la mejor forma de saciar la sed del pequeño, sin necesitar el aporte de agua u otra bebida, previniendo un probable origen de contaminación. Esta es una actitud saludable que se refuerza durante los veranos.
Verificar el carnet de vacunas de cada niño es otra oportunidad que nos brinda el período de vacaciones. Es siempre saludable verificar que las mismas estén al día antes de emprender el viaje. En especial las que contengan el componente antitetánico, (Pentavalente, Cuádruple y triple bacteriana).
Durante el verano cobra aún mayor importancia el mantenimiento de la cadena de frío de los alimentos. Muchas diarreas y otras intoxicaciones podrán ser prevenidas, evitando que tengamos malos recuerdos de nuestras vacaciones. Lo mismo ocurre con la ingesta de carnes mal cocidas en los tradicionales asados o verduras mal lavadas. El síndrome urémico-hemolítico está siempre al acecho. Las comidas muy condimentadas, hipercalóricas nunca son saludables, menos aún durante el verano.
Si elegimos quedarnos en una casa con pileta, será importante que siempre haya un adulto mientras los niños permanezcan en la misma y estar atentos a la probable caída al agua de alguno de ellos. Las zambullidas son siempre de riesgo en aguas que no permitan ver el fondo.
Las picaduras de insecto suelen acompañar las vacaciones. Se deberán usar repelentes adecuados y tomar las medidas convenientes para evitarlas. Las uñas largas suelen provocar infecciones en piel debidas a rascado intenso. Lo mismo puede suceder con urticarias o alergias en caso de ingestión de productos con antecedentes de haber provocado brotes en otras oportunidades.
El viaje hacia las vacaciones debe constituir el verdadero inicio de las mismas. Será conveniente reforzar las medidas de seguridad durante la conducción del vehículo y la protección de los pasajeros del rodado, en especial los niños, con asientos y sujeciones adecuadas, según legislaciones vigentes.
No se deberá olvidar la protección contra el sol. El deseo especialmente de los jóvenes de estar rápidamente bronceados invita a la aparición de quemaduras como consecuencia inmediata. Las mediatas son más graves aún, el envejecimiento y los cánceres de piel motivados por la acumulación de la radiación solar.
Todas estas prevenciones y seguro muchas más deben ser parte de actitudes sostenidas durante el año. Ojalá estas vacaciones sirvan a algunos para iniciarlas y a otros para reforzarlas.