QUEMADURAS EN EL HOGAR
Datos y consejos a tener en cuenta
Julio 2022
Las quemaduras en los niños, especialmente en menores de 5 años suelen ser lamentablemente frecuentes. Los accidentes hogareños, generalmente sin compromiso de vida, pueden sin embargo conducir a trastornos físicos y psicosociales a largo plazo. En general, los menores de 5 años son particularmente vulnerables a sufrir lesiones por quemaduras debido al aumento de la movilidad, curiosidad y percepción inmadura del riesgo.
Las quemaduras más frecuentes en los hogares corresponden a las producidas por agua caliente, en especial por derramamiento del contenido de pavas o termos, comidas, contacto con materiales calientes, carbones, caños de escape o electrodomésticos.
Frente a toda lesión por calor es importante valorar su extensión relacionada con la superficie corporal y la zona del cuerpo afectada. De allí la mayor severidad de cualquier quemadura producida en un bebé por pequeña que sea, la afectación del rostro, cuero cabelludo, genitales o articulaciones.
Nuevos patrones de quemaduras van surgiendo en relación a hábitos y costumbres de la época. Así podríamos mencionar a las lesiones producidas por planchas o rizadores para el pelo y cigarrillos electrónicos. En relación a las producidas por agua caliente son bastante frecuentes las ocasionadas al inicio del baño del niño cuando no se tiene en cuenta el primer chorro del grifo en contacto con la piel, especialmente en instalaciones con calderas centrales. En ciertas partes del mundo desarrollado hay legislaciones al respecto prohibiendo la circulación de agua caliente que supere una determinada temperatura. Las mismas recomendaciones son enviadas a los fabricantes de calderas y temotanques para que al menos señalen a los consumidores el uso adecuado del agua caliente, sumado al ahorro de gas.
La mayoría de las quemaduras pediátricas son de tamaño pequeño a mediano y afectan menos del 10% del área de superficie corporal total. Superando esa cifra probablemente se requiera un soporte médico asistencial para valorar su gravedad y tratamiento.
La curación de la mayoría de las quemaduras en el hogar deben ser inicialmente tratadas por los familiares o cuidadores de los niños. Generalmente no se tiene entrenamiento o conocimiento en la curación de las mismas. Sin embargo, son esos primeros instantes luego del accidente los más importantes para mejorar y acortar la evolución de la herida.
Un estudio de 2018 de 2522 niños con quemaduras que se habían presentado a un centro de quemados pediátricos, reveló que, aunque el 92,6% de los pacientes recibió tratamiento de primeros auxilios en sus casas, fue adecuado en sólo el 31,3%. La menor edad (0-2 años) o la adolescencia (15-16 años), la ubicación rural o remota, y las quemaduras por calor radiante y llamas se asociaron con tratamiento de primeros auxilios inadecuado.
Aunque en la actualidad existen numerosas fuentes de información, las cifras expuestas en el párrafo anterior revelan una aparente falta de conocimiento o de consenso sobre el tratamiento de primeros auxilios óptimo para quemaduras y cuándo buscar atención médica.
Hay cuatro pasos esenciales a efectuar en la casa frente a una quemadura:
- Remover: Ropa, pañales y joyas que compriman el área de la quemadura y alejarse de una fuente mayor de injuria.
- Enfriar: El área de la herida solo con agua corriente fría durante 20 min; no usar hielo; mantener al paciente caliente y dejar de enfriarlo con agua corriente si está temblando o si sus extremidades se ponen cianóticas.
- Cubrir: La herida con un vendaje limpio y no adherente; no aplicar cremas, aceites u otras sustancias domésticas.
- Buscar: Atención médica para todas las quemaduras de más de 3 cm de diámetro, o para quemaduras en la cara, manos, pies, ingles o glúteos, o si el paciente pudo haber inhalado humo o fuego.
La utilización del agua fría no sólo atenúa el dolor. Los estudios señalan que 20 minutos de agua corriente fría aplicada dentro de las 3 horas después de la quemadura son suficientes en muchos casos para acelerar la reepitelización de la herida. En quemaduras extensas y graves dicha estrategia se asoció a menos cirugías de injerto de piel y un área reducida de injerto, estadía hospitalaria más corta, y disminución significativa de las admisiones a unidades de cuidados intensivos.
Otro estudio clínico demostró que enfriar una quemadura se asocia con una disminución del daño tisular en comparación con la piel afectada no tratada.
Un problema a tener en cuenta luego de una quemadura es la cicatriz que puede quedar, por pequeña que sea. Las cicatrices por quemaduras pueden tener un efecto considerable en los niños, que siguen creciendo después de su lesión. La menor edad, la infección bacteriana y la tensión de la piel son factores de riesgo para el desarrollo de cicatrices, especialmente en quemaduras más grandes. En estos casos, las cicatrices sobre articulaciones pueden generar contracturas que impidan el normal movimiento de las mismas.
En síntesis, el adecuado tratamiento de primeros auxilios, la evaluación inicial correcta de la gravedad de la quemadura y la derivación del paciente a un centro de quemados según necesidad son medidas fundamentales para minimizar los daños secundarios a la lesión.
No obstante, siempre es mejor prevenir que curar y las quemaduras en el hogar no escapan a este reconocido consejo.
