El primer contacto del recién nacido

por | 27 julio, 2022

PIEL A PIEL

La primera hora del recién nacidocontacto1

Agosto 2022

Existe un momento único e incomparable tanto para la mamá como para el bebé. El contacto piel a piel entre ambos durante los primeros momentos luego del nacimiento es un acontecimiento que debe ser promovido, evitando interferencias que puedan afectar su concreción.

El contacto piel a piel del bebé con su madre dentro de la primera hora del nacimiento es fundamental para la vida de todo ser humano, según lo confirman las últimas investigaciones, pudiendo tener implicancias positivas o negativas con el devenir de los años.

El recién nacido desnudo en contacto con la madre, buscando el pecho materno en forma espontánea hasta llegar a la primera succión es una etapa que no se debería evitar en las unidades obstétricas, excepción hecha de alguna patología materna o del bebé que impida su realización.

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La interferencia en esta primera hora podría explicar la creciente incidencia de problemas de desarrollo psíquico en la infancia y la relevancia durante la vida adulta.

Las maniobras habituales a los que los bebés suelen someterse ni bien nacen ponen al recién nacido en condiciones de stress, privando tanto a la madre como al hijo del contacto estrecho que necesitan durante esos momentos tan particulares.

Los recién nacidos son seres inmaduros, dependen del calor materno inmediato y continuo, provocado por el contacto piel a piel. Son diferentes a otros seres vivos que pueden seguir a la madre para alimentarse o necesitar un nido donde cobijarse.

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El cerebro del recién nacido para desarrollarse en forma óptima necesita ciclos de sueño cortos y alimentaciones frecuentes lo que explica que deban permanecer en continuo contacto con su madre.

El avance tecnológico en los últimos cien años produjo lamentablemente cambios abruptos en la recepción y el cuidado de los recién nacidos, pasando de favorecer la relación constante con la madre a la de constituir un “nido” donde el niño se cobija y a donde la madre se traslada para proveerle el alimento. La aparición de las fórmulas lácteas al inicio del siglo XX completó el panorama desalentador en la crianza de estos bebés.

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La primera hora de vida del recién nacido brinda la oportunidad para iniciar un cuidado adecuado del nuevo ser, independientemente del amor y dedicación que toda madre da naturalmente.

La Organización Mundial de la Salud en el año 2009 recomienda” la práctica del contacto piel a piel entre la madre y su bebé recién nacido, inmediata y sin separación, a menos que existan razones médicas documentadas que justifiquen su retraso o interrupción”.

Este contacto precoz ayuda a calmar y relajar a la madre y al bebé, reduciendo el stress que provoca el nacimiento y generando una mejor adaptación al mundo exterior.

Si se respeta el contacto piel a piel, el recién nacido, luego de la ligadura del cordón, “gateará” desde el vientre materno hasta encontrar el pecho. Durante su transcurso hay señales innatas, que no se aprenden, entre la madre y su bebé. Durante el embarazo normal, la mujer presenta un aumento de su sensibilidad olfatoria lo cual la prepara para oler a su hijo después del parto. El bebé por su parte, recuerda el olor del líquido amniótico, ayudándolo a dirigirse al pecho que tiene un olor similar.

Todo el recorrido finaliza con la llegada del recién nacido al pezón, acoplando su boca al mismo e iniciando la succión.

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En los recién nacidos sanos todos los procedimientos médicos que no sean críticos o los administrativos como los relacionados a la identificación del bebé deberían ser retrasados para no interferir en esta interacción madre-hijo y el inicio de la lactancia.

La separación precoz y abrupta de este binomio o el llanto de un recién nacido en una cuna alejada de su madre son situaciones que pueden explicar en muchos casos el futuro individualista, competitivo y con elevado grado de desconexión entre sus emociones y el mundo circundante.

Concluimos este artículo con las palabras del Dr. Nils Bergman, especialista en el tema: “El mejor lugar para que un bebé crezca y se desarrolle sanamente es el cuerpo de su madre. Cuando se lo pone piel con piel sobre el pecho de su madre, el bebé recibe calor, protección y alimento, y su cerebro puede desarrollarse de manera óptima. La piel de la madre es el ambiente natural del bebé y el lugar más sano para estar, tanto física como emocionalmente”.

Fuente: Morilla A. y col. “La hora sagrada”. Programa Nacional de Actualización Pediátrica. Sociedad Argentina de Pediatría. 2020.

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