Células madre

por | 17 agosto, 2013


celulas-madre¿QUÉ SON? ¿PARA QUÉ SIRVEN?

Agosto 2013

En el proceso de desarrollo normal desde el óvulo fertilizado hasta el nacimiento, las células embrionarias van transitando desde un estado indiferenciado hacia estados de diferenciación progresiva. Las células se van «especializando» para constituir distintos tejidos del cuerpo. Habrá células musculares, hepáticas, cerebrales, renales, etc. en función de la diferenciación comentada. Lo importante es que todas provienen de una misma célula que en sucesivas reproducciones se irán especializando en constituir algún tejido u órgano en el cuerpo.
Obviamente hay mayor proporción de células madres en el embrión, en el feto y posteriormente en el recién nacido. No obstante ello, tanto los niños como los adultos continúan poseyendo este tipo de células como reservorio y eventual diferenciación en caso de necesidad.
Las investigaciones recientes apuntan a detectar y aislar estas células madre, ya sea del embrión, del cordón umbilical en los recién nacidos o de algunos órganos en los adultos para estudiar sus características, comprender el proceso de diferenciación y especialización.
celula-madres2En las últimas décadas, el conocimiento sobre las células madre ha provocado creciente interés científico. Las características de indiferenciación y la posibilidad de multiplicación en forma ilimitada hacen que, llegado el caso, puedan especializarse en células con distintas funciones en el organismo. Actualmente se piensa que las células madre podrían tener una potencialidad terapéutica para reemplazar tejidos que hayan sufrido procesos cancerosos o degenerativos, aunque a la fecha estemos todavía lejos de esas posibles aplicaciones.
Las células madre en el adulto existen en número pequeño en algunos órganos como la médula ósea, los músculos y el cerebro. También son «pluripotentes», o sea, como dijimos, pueden diferenciarse y convertirse en cualquier otra célula del organismo. Es por ello que el transplante de estas células podría modificar favorablemente la evolución de muchas enfermedades degenerativas o neoplásicas.
Los únicos tratamientos establecidos actualmente con células madre y aceptados por la comunidad científica son el transplante de médula ósea y sangre periférica para tratar leucemias, mielomas, cierto tipo de anemias, deficiencias inmunitarias y algunas otras enfermedades genéticas de escasa frecuencia. En cambio, todavía no existen evidencias de eficacia para el tratamiento den enfermedades como el cáncer, el Parkinson o la diabetes. Aún son necesarias muchas investigaciones antes de determinar si ello es posible.

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Del mismo modo, también se está estudiando con resultados promisorios la «des-diferenciación celular», por lo cual, siguiendo el camino inverso, se puede invertir el proceso y conseguir que células especializadas puedan revertirse a células indiferenciadas. De esta forma se podría acceder a una gran cantidad de células madre con los mismos fines terapéuticos.
Lamentablemente, al margen de investigaciones serias, numerosas clínicas privadas en todo el mundo están explotando las esperanzas de los pacientes, ofreciendo supuestas nuevas y efectivas terapias con células madre, generalmente por grandes sumas de dinero y sin razonable credibilidad científica ni protección para el paciente. La obtención de células y sangre del cordón umbilical, (rico en células madre), para supuestos usos futuros en ese recién nacido no suelen tener fundamento científico, a la par de generar sentimientos de temor infundado o culpa a los padres que no aceptaron ni pactaron dicha recolección. No existe ninguna evidencia que, después de estar congeladas durante años, las células mantengan su viabilidad y capacidad de diferenciación, las empresas que lo realizan no garantizan que esas células estén disponibles décadas más tarde. Tampoco sería necesario, en caso de enfermedad, recurrir específicamente a las células de cordón del mismo niño, ya que, actualmente con las pruebas de histocompatibilidad posibilitan transplantarlas a otro ser o incluso extraerlas de bancos públicos de células madre, futuras organizaciones que deben ser públicas y que el Estado tendrá la obligación de amparar y reglamentar.