Epistaxis

por | 26 febrero, 2016

epistaxis1LE SANGRA LA NARIZ

MARZO 2016

El sangrado por nariz o epistaxis es un fenómeno frecuente en niños y adultos. Si bien es difícil obtener datos estadísticos, se sabe que aproximadamente el 60% de la población la ha presentado al menos en alguna oportunidad.

Durante la edad pediátrica la mayor incidencia aparece en niños menores de 10 años.

La gran mayoría de los episodios son autolimitados y no requieren tratamiento específico.

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El fácil y frecuente sangrado de la nariz ocurre por la gran cantidad de capilares que se encuentran en las fosas nasales. Los mismos tienen la función de adecuar el aire que ingresa al organismo en cada inspiración, calentándolo como lo haría un calefactor. Estos vasos tan pequeños responden a la inflamación producida por virus, por ejemplo durante los catarros y frente a la exposición solar, originando congestión con fácil pérdida de sangre por sus paredes. Otro mecanismo por el que se originan las epistaxis lo constituyen los traumatismos y las excoriaciones. Los primeros ocasionados por golpes o caídas, los segundos provocados por rascado o lesión de costras previamente infectadas. La asociación de infecciones en la piel que afectan zonas cercanas a la nariz suelen favorecer el rascado y la aparición de la hemorragia. Mecanismo similar ocurre en niños con parásitos con prurito frecuente sobre las narinas.

epistaxis3Las epistaxis suelen aumentar en los períodos más secos del año, en el contexto de infecciones respiratorias, en las estaciones en que priman los cuadros de rinitis alérgicas y con los cambios bruscos de temperatura y humedad ambiental. Existe también predisposición personal al sangrado de la nariz. Se encuentran niños que presentan epistaxis en forma frecuente sin encontrar signos que hagan sospechar enfermedades más graves.

epistaxis4Es importante conocer si además de la epistaxis aparecen hemorragias en otras partes del cuerpo, antecedentes personales o familiares de enfermedades en la sangre o en la coagulación y medicaciones que puedan alterar la misma. La sospecha de hipertensión arterial carece de sentido dado que dicha entidad no se manifiesta en niños de esta forma.

La gran mayoría de los niños no requieren exámenes de laboratorio de rutina para estudiar las epistaxis. Sólo en un pequeño número de casos las mismas pueden atribuirse a alguna patología primaria como las comentadas anteriormente. En términos generales se recomienda estudiar a todo paciente que haya requerido atención de urgencia para manejar sus epistaxis, dado lo profuso del sangrado, ante la presencia de hemorragias en otros sitios (encías, menstruaciones muy abundantes en adolescentes, etc.), o ante la sospecha de enfermedades familiares de la sangre. Obviamente, en todos estos casos, los análisis incluirán el estudio de la coagulación.

El tratamiento habitual de una epistaxis requiere la compresión de la fosa nasal afectada logrando de esa forma la hemostasia. Se debe presionar el ala de la nariz correspondiente hasta que el sangrado desaparezca. Muchas veces, en forma errónea, se suele acostar al niño boca arriba. En estos casos lo único que se logra es ocultar la hemorragia dado que, por la posición de la cabeza, la sangre comienza a escurrirse por la garganta.

epistaxis6Otras veces es necesario realizar un taponaje denominado “anterior”. El mismo consiste en lograr la hemostasia por medio de gasa especialmente enrollada. La misma es introducida, generalmente por un facultativo, dentro de la fosa nasal afectada a modo de zig-zag por medio de una pinza. La misma suele estar embebida con alguna sustancia con propiedades vasoconstrictoras que acelerarán el proceso de coagulación.

No son aconsejables los “taponcitos” hechos con algodón que sólo absorben la sangre sin controlar la pérdida por los capilares.

epistaxis2En los niños rara vez se puede identificar el vaso sangrante. Debido a ello es infrecuente la cauterización de la zona, reservándose la misma para epistaxis recurrentes y siempre con la intervención del especialista.

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