Los mocos, la tos y el estornudo

ENFERMEDADES RESPIRATORIAS

¿Cómo evitar contagiar y prevenir ser contagiado?

Junio 2016

Comenzaron las enfermedades respiratorias colmando nuevamente las salas de guardias y consultorios. El frío del otoño y el invierno trae consigo los virus que producen las distintas afecciones. Tos, mocos y dolores de garganta son los síntomas más referidos por niños y adultos. El ausentismo escolar se hace notar y hay cursos casi completos, incluyendo maestros y profesores, que se encuentran enfermos. En ellos las enfermedades gripales, catarros y bronquitis son los diagnósticos más frecuentes en esta época.  . Los bebés suelen contagiarse de los mocos del hermano mayor que concurre al jardín o la escuela, pudiendo ocasionar en ellos desde un simple resfrío a una bronquiolitis de gravedad y evolución variada.

Todas las enfermedades respiratorias se transmiten especialmente por las gotitas que se dispersan en el aire cada vez que tosemos o estornudamos. Las mismas poseen los virus que  por este medio logran ingresar a otro organismo. También en forma indirecta, las manos que tocan estas secreciones transportan los virus y son fuente de contagio en caso que se lleven a la boca o contaminen objetos que toquen.  Durante esta época hay lugares o espacios donde la posibilidad de adquirir estas enfermedades se incrementa. Los transportes públicos, los ambientes de trabajo o aulas con poca ventilación, las salas de espera en guardias o consultorios y los ambientes muy calefaccionados o con humo.

Es generalmente en estos lugares donde se tose y se estornuda.

Sin embargo no todos lo adultos suelen evitar la dispersión de los virus que expulsan. Menos aún los niños que requieren del ejemplo de los mayores.

 La correcta y frecuente higiene de manos es fundamental para evitar los contagios, especialmente cuando uno ingresa al hogar, antes de cocinar o comer. El uso de pañuelos descartables evita la dispersión de gérmenes al sonarse la nariz o al toser, siempre y cuando se acompañe de una posterior higiene de manos y un correcto descarte del pañuelo. Tapar la boca o la nariz con una mano no sólo no alcanza sino que puede favorecer aún más la diseminación viral. En estos casos, la misma mano que retiene la tos o el estornudo es con la que se toman objetos, se apoyan en asientos y manijas en un medio de transporte o más aún con la que se puede saludar ocasionalmente a alguna otra persona. La mejor forma de “tapar” un estornudo es acercar el brazo a la boca para que las secreciones producidas queden alojadas en el pliegue del codo, seguido finalmente de un correcto lavado de manos cuando se llegue a destino.

El alcohol en gel es muy útil, especialmente cuando no se puede contar con agua y jabón en forma inmediata. Es importante que el material se disemine por toda la superficie de la mano, los dedos, sus pliegues y las uñas. Para ello se debe utilizar una cantidad adecuada. Es importante verificar la fecha de vencimiento del producto. No es conveniente que los envases permanezcan sin uso por mucho tiempo dado que también pueden contaminarse o perder su efecto. Por el mismo motivo se desaconseja la utilización del producto que haya sido abierto durante la temporada anterior.

Es importante tener siempre en cuenta que está en cada uno disminuir el contagio de las enfermedades respiratorias por más banales o leves que parezcan. La protección de la tos o un estornudo y el lavado de manos pueden también salvar vidas, en especial la de los grupos más indefensos como los niños pequeños, las personas mayores o  los enfermos crónicos.