Intoxicación por monóxido de carbono

por | 29 julio, 2015


monoxidoEL ASESINO SILENCIOSO

Julio 2015

Lamentablemente la intoxicación por monóxido de carbono nos visita todos los inviernos. Las guardias médicas van sumando casos y los noticieros informan de muchos casos fatales, dejando familias destruidas con la inesperada pérdida de vidas.
El monóxido de carbono es un gas incoloro e inodoro. Nadie percibe su emanación. Se origina por la combustión incompleta de productos carbonados. Tal fenómeno se da en hornallas de cocina, calefones, termotanques o calefactores cuyo funcionamiento no es el correcto o sin la adecuada ventilación hacia el exterior.
El fenómeno no respeta clases sociales. El brasero dentro de hogares no ventilados siempre es causante de intoxicación, más aún cuando se apaga dentro de algún ambiente. Los departamentos con calefactores a gas, pueden presentar los mismos accidentes si no hay una correcta ventilación o tiraje al exterior. Los monoambientes suelen poseer calefones que producen una combustión importante en relación a la pequeña superficie de la vivienda. El mismo fenómeno ocurre con las estufas a kerosene, especialmente cuando se decide apagarlas, iniciando de esta forma una combustión incompleta. Dicho procedimiento debe realizarse siempre en el exterior, en un balcón o patio.

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El garaje puede constituir un ambiente que se comunica con el resto de la casa. En ellas el encendido del automotor origina gases compuestos en su mayoría por monóxido de carbono. Habrá que abrir las puertas y ventanas para que el mismo no ingrese o permanezca en el hogar. Aquí es importante advertir que ocurren casos crónicos de intoxicación. Personas expuestas a lo largo de los días al monóxido con moderada ventilación. Es el caso de los trabajadores de los estacionamientos y de los que viven o trabajan en ambientes en comunicación permanente con dichos establecimientos.

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El fenómeno se origina en la mayor avidez de la hemoglobina por el monóxido de carbono. De esta forma los glóbulos rojos comienzan a transportar este gas que no cede oxígeno a las células. Según la gravedad y la prolongación del cuadro puede haber desde lesiones en órganos vitales hasta el coma y la muerte.

Los síntomas iniciales de la intoxicación comienzan con cefalea que puede perdurar en el caso de exposiciones crónicas. Le siguen o acompañan el malestar general, náuseas, vómitos, sensación de hormigueo, somnolencia, dificultad para razonar y finalmente coma. La gente que no suele recibir visitas durante el día, especialmente ancianos suelen estar más expuestos a intoxicaciones graves.
Los síntomas y los antecedentes de combustión en el hogar facilitan el diagnóstico. La confirmación se realiza mediante el dosaje de la carboxihemoglobina en sangre, que expresa la unión de la hemoglobina con el monóxido de carbono.
El tratamiento se realiza administrando oxígeno por máscara, algunas veces con altas concentraciones, para reemplazar y eliminar el monóxido de carbono del torrente sanguíneo.

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La prevención obviamente consiste en la ventilación de los ambientes, el mantenimiento de calefactores, calefones y calderas, contemplando los tirajes al exterior que algunas veces suelen estar ocluidos, en especial sobre techos con nidos o excrementos de aves o roedores. La legislación prohíbe la instalación de calefones dentro de baños como así calefactores que no tengan su correspondiente tiraje hacia el exterior. Suelen observarse aún las conocidas «pantallas» infrarrojas como medio de calefacción. Más aún son frecuentes en aulas de algunos colegios. La acumulación de monóxido diario es el motivo en estos casos de cefaleas y mareos en los niños que no expresan otra cosa que la intoxicación crónica.

Algunas veces se confunde la intoxicación por monóxido de carbono con los escapes de gas. Si bien ambos fenómenos pueden asociarse, el peligro del gas natural radica en el consumo de oxígeno de los ambientes y por supuesto la posibilidad de explosión.
Es aconsejable la utilización de aparatos que miden la concentración de monóxido de carbono y gas natural en el ambiente, alertando frente a posibles escapes.