Los traumatismos

por | 6 abril, 2005

lesiones1GOLPES Y CHICHONES

 

Abril 2005

Nuestros chicos pasan muchas horas por día en la escuela. Durante los recreos, tan esperados por ellos, suelen ocurrir   traumatismos desencadenados generalmente por juegos. Entre los más importantes se encuentra el golpe en la cabeza o traumatismo de cráneo.  Afortunadamente la gran mayoría de los mismos son leves y llegan como máximo a un chichón o hematoma,  y un mal momento para el padre o madre que se entera de la novedad.

Hay que saber que no siempre un    traumatismo de cráneo por más simple que parezca tiene un final feliz. Por lo tanto será importante como siempre prevenirlos.

¿Cómo se pueden prevenir?. Evitando que corran en lugares de poca amplitud, en sectores con pisos desnivelados o con    escalones o “cordones” cercanos,  en patios con columnas que no estén recubiertas con amortiguación especial, etc.

Por supuesto, dentro de los golpes en la cabeza a tener más en cuenta, estarán los que producen  pérdida de conciencia, los que producen sangrado o líquido por la   nariz o por los oídos y los que se acompañan de heridas sobre el cuero cabelludo.

Todo traumatismo de cráneo requiere una observación generalmente durante las primeras  24 horas de producido, independientemente de sus características.

Una radiografía de cráneo normal no necesariamente indica un buen pronóstico. En algunas oportunidades un golpe considerado como leve y con placa radiográfica normal puede provocar un pequeño hematoma entre el cerebro y los huesos del cráneo que, al crecer, comienza a comprimir la masa encefálica, exigiendo una resolución quirúrgica y urgente del caso.

Será importante entonces estar atento a signos de alarma que pueden predecir una posible complicación: Vómitos, mareos, marcha inestable, alteraciones en la vista, etc.

Durante la primera noche luego del traumatismo será importante despertar al niño por lo menos una vez. De esta forma podemos controlar la recuperación del estado de lucidez luego del sueño y evaluar si el comportamiento posterior es el habitual.

Todo traumatismo de cráneo que haya provocado vómitos posteriores o más aún, alteraciones en la marcha o pérdida de la conciencia debe ser siempre controlado por un servicio de urgencia, independientemente de su duración o de su aparente buena evolución.