Sofocación y amenazas a la respiración

por | 19 diciembre, 2013


atragantamiento5¡SE ATRAGANTÓ!

Diciembre 2013

Llama la atención que siendo la primera causa de muerte en nuestro país en niños menores de un año muchos padres o cuidadores no tomen los recaudos para prevenirla.


atragantamiento4La sofocación se debe generalmente al impedimento para respirar causado  por objetos que pueden acompañar al niño pequeño en la cuna mientras duerme: almohadas, peluches y  recovecos que puedan quedar entre la misma y el colchón Algunas veces es el niño que se “escurre” entre las sábanas o mantas impidiendo luego la respiración. Del mismo modo actúan las bolsas plásticas cuando el niño introduce su cabeza.

La otra causa importante de sofocación es el atragantamiento, motivado por la obstrucción de la vía aérea debido a objetos pequeños o alimentos. La mayoría de estos episodios se producen durante las comidas o el juego y por lo tanto  suelen ser presenciados por adultos.

La ingestión por parte del niño pequeño de maníes, pororó, bocados de carne, trozos de manzana, uvas y alimentos de consistencia dura constituyen amenazas para que se produzca el atragantamiento y la imposibilidad de continuar respirando. En general, los niños menores de 2 años carecen o poseen escaso desarrollo de los molares, de modo que la masticación no tritura estos alimentos. El tamaño de las vías aéreas es también menor, pudiendo ser obstruídas por pequeños objetos. En especial los menores de 5 cm. de diámetro, nunca deben estar cerca de estos niños. No son aconsejables juguetes que se puedan desarmar en pequeñas piezas ni tampoco la presencia de pilas o botones.

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Es todavía frecuente que, frente al examen físico de un niño pequeño, muchos padres  ofrezcan monedas para que jueguen como forma de apaciguar o evitar el llanto. Demás está decir que el dinero es un material siempre muy contaminado pero además puede motivar que el niño las lleve a la boca en algún otro momento, acostumbrado a manipularlas. Por fortuna, muchas veces el pequeño, generalmente mayor de 2 años, puede tragarlas y alojarlas en el tubo digestivo para su posterior eliminación por materia fecal. En todas las guardias siguen llegando niños con el antecedente de la ingestión de estos cuerpos extraños, comprobándose por radiología de abdomen su ubicación. Otras veces, el niño es más pequeño o la moneda o el objeto posee mayor diámetro y obstruye la vía aérea al no poder ser deglutido. Otro capítulo lo constituyen las pilas de reloj, pequeñas con forma de moneda que  producen lesión química, perforando vísceras huecas, debiendo ser por tal motivo extraídas lo más rápido posible.

 

Sea cual fuere el motivo de la obstrucción el niño comienza a tener dificultad para respirar y empieza a toser para liberar la vía aérea. Dependerá la fuerza de la misma y las características del objeto  el éxito para superar la situación. Algunas veces la obstrucción no es completa, el niño tose y si puede o sabe expresarse comunica con disfonía su dificultad para tragar o respirar. En otras oportunidades la tos no es suficiente o se agota y se requiere la urgente intervención de alguna persona que por medio de maniobras facilite la liberación de la vía aérea.

Salvo que se observe el objeto aún en la boca y pueda ser removido por un dedo, se trata en lo posible de no realizar maniobras dentro de ella ya que   podría provocarse una obstrucción más severa.

Existen 2 maniobras de desobstrucción que se deben realizar frente a episodios en donde se observa que el niño no puede por medio de la tos reiniciar su respiración y se encuentre conciente. Las mismas intentan reproducir el mecanismo de la tos incrementando la presión del tórax para facilitar la salida del aire y liberar la vía aérea.

En menores de un año se debe colocar al niño boca abajo con el cuerpo apoyado sobre el antebrazo del reanimador, que se apoya a su vez sobre su muslo, mientras se sostiene la mandíbula con la mano. La cabeza debe quedar más baja que el resto del cuerpo. Se dan 5 golpes fuertes en la espalda con el talón de la mano en la región interescapular, (entre las dos paletas de la espalda). Luego se colocará la mano libre sobre la cabeza del niño abarcando la nuca. Luego  se rotará el cuerpo del niño en bloque para que quede boca arriba, apoyado por el otro antebrazo dejando siempre la cabeza por debajo del nivel del tronco. Se realizarán entonces 5 compresiones torácicas sobre la línea media por debajo de  ambos pezones. Se continúa con la misma secuencia hasta la eliminación del cuerpo extraño o hasta que el niño pierda la conciencia, requiriendo en estos casos una reanimación cardiopulmonar efectiva.

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En niños mayores de un año es conveniente preguntar y esperar que el niño confirme que se está ahogando. Si es así, se realiza la llamada maniobra de Heimlich que consiste en la compresión abdominal para facilitar la desobstrucción. Se debe parar al niño y la persona por detrás, arrodillada debe abrazarlo por debajo de las axilas. Se debe apoyar un puño sobre la línea media del abdomen por arriba del ombligo y por debajo de las costillas. Se envuelve el puño con la otra mano y se deben hacer 5 compresiones hacia dentro y hacia arriba. Los movimientos deben generar compresiones rápidas y vigorosas, practicadas con decisión. Como en la anterior, la maniobra se continúa hasta que el niño elimine el cuerpo extraño o pierda la conciencia. Las compresiones abdominales en lactantes no están recomendadas por el riesgo de lesionar los órganos abdominales.

 

Consideraciones finales para evitar sofocaciones y atragantamientos:

 

    • Dormir de espaldas
    • El colchón de la cuna o el moisés debe ser firme y no debe haber almohadones o materiales blandos que puedan causar sofocación.
    • No se debe permitir jugar con bolsas plásticas.
    • No debe haber espacio entre el colchón y las paredes de la cuna.
    • Evitar maníes, caramelos y en general alimentos duros que estén cortados en trozos grandes.
    • Las monedas, pilas, partes de juguetes y botones deben mantenerse apartados de los niños.
    • Mientras el niño come se debe evitar provocarle carcajadas o, por el contrario llanto intenso. La comida es un mal momento para reprimendas o enojos. Mejor dejarlos para después.