CANNABIS

por | 28 julio, 2021

MARIHUANA, EMBARAZO Y LACTANCIA

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Agosto 2021

El consumo de marihuana, (cannabis), ha aumentado sensiblemente en la última década, siendo la cuarta sustancia más consumida por adolescentes y personas en edad fértil, según la encuesta de 2017 realizada por el SEDRONAR.

El mayor consumo se produce por vía inhalatoria, aunque en los últimos años se ha incrementado su uso por vía oral, en forma de alimentos y con la utilización de aceites de procedencias poco fiables o de origen desconocido.

Como se comentó en un artículo anterior, el organismo posee receptores específicos para esta droga, distribuidos en distintas regiones, entre las que se destaca especialmente el sistema nervioso.

El cerebro desde su crecimiento y desarrollo en el embrión durante ya los posee. Debido a ello, el consumo de marihuana en sus distintas formas y cantidades durante el embarazo y la lactancia provoca la interacción con los mencionados receptores, generando cambios en las diferentes etapas de la vida embrionaria y perinatal.

Diferentes estudios demuestran los efectos adversos de estas sustancias sobre la gestación y el recién nacido prolongándose los mismos hasta la infancia y la adolescencia. Tales efectos se potencian aún más dada la unión de los metabolitos del cannabis al tejido graso, lo cual resulta en su acumulación en el organismo y la consecuente prolongación de su daño.

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El cannabis ingresa a la sangre del bebé debido al consumo de su madre, por intermedio de la placenta durante la gestación y posteriormente a través del pecho materno. De esta forma, tanto el feto, el recién nacido y el lactante pueden verse expuestos. En relación a ello se han detectado metabolitos del cannabis en la sangre fetal, representando entre un tercio y una décima parte del nivel encontrado en la sangre materna. En la leche materna se pueden encontrar concentraciones ocho veces mayores que en la sangre.

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Los efectos de la marihuana comienzan en la placenta, disminuyendo la circulación y modificando en consecuencia el aporte de nutrientes por la arteria uterina. Si se consume en forma fumable, su uso más popular, disminuye el aporte del oxígeno al feto, dado que sus metabolitos poseen afinidad por la hemoglobina encargada de transportarlo. Cuando se la asocia al tabaco, como suele ser la regla, se generan alteraciones múltiples en la placenta y el feto, registrándose retraso del crecimiento dentro del útero, amenaza de aborto, prematurez y riesgo de muerte súbita en el lactante.

Como se dijo anteriormente, la leche de madres que consumen dichas sustancias poseen los mismos metabolitos, identificándoselos también en las heces y en la orina.

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Durante el seguimiento de muchos de estos recién nacidos se han comprobado alteraciones en el crecimiento y desarrollo, especialmente durante el primer año de vida. Fenómenos como alteración de la conciencia, debilidad en la succión y la disminución en el tono muscular no son infrecuentes.

Más adelante, durante la infancia y adolescencia, los efectos nocivos pueden perdurar. Se ha demostrado en los primeros disminución del tamaño cerebral y en la etapa escolar alteraciones neurológicas y cognitivas: disminución de la agudeza visual y de la percepción, problemas en la adquisición de la lectoescritura, la comprensión verbal y en la memoria. Ya en la adolescencia se describen alteraciones en la impulsividad e hiperactividad. Todos estos problemas tendrían explicación por la temprana interacción del cannabis en las etapas tempranas del neurodesarrollo.

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Lamentablemente las alteraciones también alcanzan a las defensas del organismo frente a cualquier infección, observándose mayor susceptibilidad a las mismas, efectos que se prolongan hasta la edad adulta.

Frente al consumo más frecuente de estas sustancias y a la banalización de sus efectos, generalmente promovidos por diversos tipos de intereses, es importante tener en cuenta los efectos nocivos que producen tanto a la madre como al producto de su gestación, afectando fuentes tan nobles en la alimentación como la placenta en el feto y la leche de pecho en el lactante.

Fuente: “Marihuana 0 durante el embarazo y la lactancia”. Grupo de Trabajo de Adicciones. Sociedad Argentina de Pediatría. 2020.

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