Lo que no sabemos del Covid 19
NACER Y CRECER EN PANDEMIA
Febrero 2022
Hacia fines de 2021 se consideraba que más el 2% de la población mundial en algún momento se había infectado durante la pandemia. A la fecha con la nueva ola de contagios por Omicrón sumado a los casos asintomáticos o no registrados la cifra seguramente es muchísimo más alta.
A nivel mundial se estima que han nacido más de 200 millones de bebés en todo el mundo desde el inicio de la pandemia. En el punto más crítico de la misma, durante 2020, en la ciudad de Nueva York un Centro médico reportó que el 14% de las mujeres en trabajo de parto por aquel entonces poseían pruebas pcr positivas para Covid 19.
Afortunadamente, la transmisión vertical del virus, o sea el contagio del feto por intermedio de la sangre materna, es rara. No deja de sorprender, no obstante, el poco compromiso de las madres infectadas y de los bebés que a muy corta edad adquirieron el virus por el contacto materno. Dado que muchas enfermedades virales que cursan durante los embarazos suelen producir deficiencias en el desarrollo neurológico, el mundo científico está atento a pesquisar en estos niños alteraciones o modificaciones en el desarrollo que permitan relacionarlos con la infección pasada y resuelta por Covid 19.
Si bien sólo se han cumplido 2 años desde el inicio de la pandemia, no se han encontrado en estos niños alteraciones en su crecimiento y desarrollo, independientemente del momento de la infección.
Sin embargo, iniciar y cursar un embarazo durante una pandemia es un desafío para la madre y su entorno familiar. Toda calamidad universal se ha asociado históricamente a modificaciones en el estilo de vida que llevan más fácilmente a transitar momentos de angustia, temor y en muchos casos incrementar en frecuencia y gravedad los episodios de violencia familiar.
Todas estas circunstancias pueden afectar al niño nacido durante estos ciclos, independientemente de la infección o enfermedad. Así, los estudios realizados sobre algunos niños nacidos durante la pandemia de Virus de Influenza A H1N1 de 1918 comprobaron a lo largo de los años un nivel educativo más bajo y un nivel socioeconómico también inferior. La pandemia de rubeola en 1964 condujo en EE. UU a un incremento de niños con espectro autista, independientemente de haber o no presentado la enfermedad. Más aún, por fuera de epidemias o pandemias, los niños nacidos durante conflictos bélicos mundiales han probablemente presentado durante el transcurso de sus vidas alteraciones de distinta índole en el crecimiento y desarrollo.
Un reciente estudio realizado en Nueva York comprobó en 255 niños nacidos entre marzo y diciembre de 2020 puntajes más bajos en los tests que evaluaban la motricidad gruesa y fina, tanto en los que habían sido infectados por Covid como los que no, comparándolos con los datos obtenidos de bebés nacidos antes del inicio de la pandemia.
Si bien los resultados no son concluyentes y no permiten sacar conclusiones generales es evidente que a partir de la pandemia por Covid 19 es y será necesario un seguimiento especial de los niños nacidos bajo su influencia, a fin de mitigar secuelas sustanciales similares a las observadas en generaciones nacidas durante pandemias anteriores o calamidades mundiales.
Mucho se desconoce del virus luego de 2 años de pandemia. Demostrar efectos directos de la infección por Covid a la madre y en especial al recién nacido es y será el objetivo de las investigaciones que se vienen y se irán llevando a cabo. Se requerirá además de tiempo para hallar alguna alteración específica en la salud de esta nueva generación, a fin de iniciar lo más pronto posible medidas de prevención y estimulación si correspondiera.
Fuente: Lauren C. y col. “Asociación del nacimiento durante la pandemia de Covid 19 con el estado del desarrollo neurológico a los 6 meses en bebés con y sin exposición en el útero a la infección materna por SARS-CoV-2. JAMA Pediatr. 2021
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