EL BRUXISMO EN LOS NIÑOS
Cuando rechinan los dientes
Diciembre 2017
Se denomina bruxismo al sonido producido por el deslizamiento y la presión de los dientes entre ambos maxilares. Vulgarmente conocido como rechinamiento de los dientes, el fenómeno es secundario a movimientos de la mandíbula durante el día y/o la noche. Se cree que durante el día esta actividad sería voluntaria a diferencia de la nocturna, que ocurre durante el sueño, cuya activación sería involuntaria.
Dicho fenómeno produce, dada su frecuencia y duración, un desgaste de las piezas dentarias que en los niños posee características especiales.
Por mucho tiempo no se dio mucha importancia al bruxismo, en especial al de los niños. En la mayoría de los casos se le echaba la culpa a los parásitos que seguramente son albergados por muchos niños. El paso de los años sin embargo no logró aclarar su etiología, reconociéndose a la fecha algunos factores que intervendrían en su aparición. Probablemente ninguno de ellos actúe de forma aislada, sino en forma conjunta.
Factores psicológicos:
Los psicólogos consideran que el bruxismo sería una respuesta a problemas personales no resueltos o bien a la imposibilidad de expresar sentimientos de ansiedad, odio y agresividad. La tensión, el stress, la vida agitada podrían explicar el origen del fenómeno. A pesar de ello no logran aclarar totalmente su aparición en los niños de muy corta edad. Hay chicos, según estudios, que elevan en forma excesiva el nivel de catecolaminas durante situaciones de conflicto. Éstos tendrían en forma más frecuente bruxismo en comparación con el resto de la población.
Otros estudios realizados para explicarlo ponen el énfasis en las condiciones socioeconómicas que podrían favorecer el stress psicológico en niños y adultos.
Factores odontológicos:
Si bien clásicamente se le asignó gran importancia, con el tiempo se comprobó que no tienen un papel preponderante. Las malas oclusiones y las restauraciones defectuosas fueron en principio señaladas como las principales causales. Sin embargo la experiencia indicó que no todos los niños y adultos que poseen estos cuadros sufren de bruxismo como también muchos a pesar de no presentar dichas anomalías manifiestan rechinamiento de dientes.
Factores relacionados con el sueño:
El bruxismo nocturno es considerado en muchos estudios como una parasomnia. Así se denomina a los eventos psíquicos indeseables que ocurren exclusiva o predominantemente durante el sueño, a menudo asociados con variables grados del despertar. Este desorden del sueño, según esta teoría estaría mediado centralmente y precipitado por el estrés emocional. Algunas parasomnias pueden ocurrir simultáneamente, como sonambulismo y terrores nocturnos y por tanto, las personas con una parasomnia pueden presentar alguna más.
Factores genéticos:
Se basan en el hallazgo de niños con bruxismo, hijos de padres que presentaron o presentan el mismo fenómeno.
Enfermedades asociadas:
Hay variadas patologías que afectan al sistema nervioso que presentan entre sus síntomas al bruxismo. Como dijimos al principio, las parasitosis como también la epilepsia, el asma, las parálisis cerebrales pueden presentar bruxismo. Sin embargo la existencia del fenómeno no implica que sea el resultado de esas enfermedades.
Una teoría novedosa relaciona al bruxismo con la secreción aumentada de Dopamina en muchos niños y adultos. Dicho elemento es un importante neurotransmisor, presente en diversas áreas del cerebro y especialmente importante para la función motora del organismo.
Establecer la prevalencia del bruxismo en la población en general es difícil dado que no todos los afectados tienen conciencia del mismo y que son variables los síntomas y signos. En las investigaciones hay intervalos tan amplios como del 15 al 90% en la población adulta y del 7 al 88% en la población infantil, lo que demuestra la dificultad para encontrar un promedio.
Los síntomas característicos del bruxismo son el inaudible o audible, consciente o inconsciente apretamiento, rechinamiento, golpeo intermitente (chasquidos) o balanceado de los dientes hacia dentro o hacia afuera, en momentos diferentes de la deglución y trituración de los alimentos, durante el día y/o la noche.
La sintomatología variará en relación a la frecuencia del fenómeno, su duración e intensidad. Las estructuras que se pueden afectar son los dientes y sus tejidos de sostén, los músculos de la masticación y la articulación de la mandíbula.
El signo más importante y habitualmente encontrado por el odontólogo es el desgaste de las piezas dentales. Si bien es menos frecuente en niños, el esmalte de los dientes temporales vulgarmente conocidos como “de leche” contiene una menor proporción de sales minerales, lo que unido al mayor volumen de sus poros, explica el mayor desgaste que se observa en algunas oportunidades en estos dientes.
El bruxismo no sólo lleva a la destrucción dental sino además puede conducir a la reabsorción del hueso que los contiene. La experiencia en niños de entre 6 y 9 años nos muestra que un 30 y un 18% presentan dolor y crujidos en la articulación respectivamente y el 27% refieren dolor a la palpación en los músculos de la masticación. Sin embargo el bruxismo en la infancia no necesariamente es el responsable de un futuro compromiso de dientes y boca. Este hecho, sin embargo, no está del todo claro actualmente, habiendo importantes controversias entre los especialistas.
Para muchos el bruxismo se considera como un fenómeno normal, probablemente asociado con los cambios de la dentición. Los niños que bruxan empiezan a la edad de los cuatro a los ocho años y en un alto porcentaje de ellos a medida que aumenta su edad el bruxismo desaparece; siendo el bruxismo infantil, por tanto, una condición limitada que no necesariamente progresa a bruxismo en edad adulta.
TRATAMIENTO:
La etiología multifactorial de este fenómeno hace algo compleja la planificación de un tratamiento específico. No obstante es el odontólogo quien deberá ocuparse de prevenir y reducir los efectos lesivos que produce el bruxismo en toda persona. Del mismo modo tendrá que estar atento a los factores psicológicos que pueden expresarse en el consultorio como nerviosismo, irritabilidad y otros indicadores de tensión que necesiten tratamiento especializado.
En los niños durante la dentición mixta que incluye dientes “de leche” y definitivos o en las etapas permanentes del desarrollo, la provisión de férulas de goma blanda puede brindar alivio. También puede beneficiarse con el uso de una férula acrílica que ajuste en los dientes del maxilar superior. Los niños que tienen sólo la dentición primaria o en quienes apenas estén erupcionados los primeros molares permanentes y poseen importante erosión de los molares primarios, se demostró el buen resultado de la aplicación de coronas de acero inoxidable.
Como se ha expresado anteriormente, a pesar de que el bruxismo infantil no necesariamente progresa a bruxismo en el adulto, el odontólogo iniciará el tratamiento que corresponda, especialmente si el niño manifiesta síntomas o se observan signos de desgaste dentario. En estos casos además se podrá complementar el mismo con apoyo psicológico de sospecharse problemas o tensiones no resueltos.
Fuente: Vallejo Bolaños E. y col. “El bruxismo infantil” Odontología pediátrica. Madrid. 2002.