Cuerpos extraños en la vía digestiva

por | 28 agosto, 2018

¡Se lo tragó!

selotrago1LA INGESTIÓN DE CUERPOS EXTRAÑOS EN NIÑOS PEQUEÑOS

Septiembre 2018

La ingestión de un cuerpo extraño es un evento bastante frecuente en las guardias de pediatría. La gran mayoría de casos ocurre en presencia de los padres o un cuidador.

Se considera cuerpo extraño a todo elemento deglutido por el niño que puede entorpecer el normal tránsito por el tubo digestivo y/o predisponer a diversas complicaciones.

La situación crea siempre un estado de angustia expresada por los padres en el momento de la consulta, independientemente del estado general del niño. La culpa suele aparecer en estos momentos por haber permitido el juego con elementos pequeños o poco adecuados para el pequeño. Lo cierto es que en  la mayoría de estos episodios (del 80% al 90%) los objetos pasan de modo espontáneo sin atascarse por el tubo digestivo. Sólo el 10%-20% de los casos requiere de algún tipo de intervención, y el 1% o menos necesitan procedimientos quirúrgicos para su resolución, según los últimos análisis estadísticos.

selotrago6La mayor incidencia ocurre entre niños y niñas de entre 1 y 5 años. La cantidad de episodios debe ser aún mayor a los reportados por las instituciones de salud dado que algunos no llegan a las guardias y son manejados en sus domicilios. Los niños  son particularmente vulnerables a la retención de objetos, dado el pequeño diámetro de su esófago comparado con esófagos de niños mayores o adolescentes.

El cuerpo deglutido puede tener distintas características independientemente del tamaño.

Los objetos más comunes ingeridos en niños incluyen monedas, imanes, pilas, juguetes, joyas/bijouterie, botones, huesos o bolos de alimento.

Los objetos romos son los que no poseen extremos punzantes y por lo tanto difícilmente se puedan enclavar en  algún sector del tubo digestivo. Debido a ello no suelen provocar lesiones y mucho menos perforaciones. El cuerpo extraño romo por excelencia está constituido por el “bolo de carne”. Las monedas si bien de superficie dura, suelen pasar el esófago sin problemas salvo que el tamaño no lo permita.

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Los punzantes, en cambio, son aquellos que presentan algún extremo en punta y, como consecuencia, alta probabilidad de enclavamiento. Incluyen espinas y cartílagos de pescado, huesos (vaca, pollo, conejo), agujas, alfileres, escarbadientes, alfileres de gancho, etc. Las distracciones a la hora de comer suelen ser los motivos del episodio. La visualización de pantallas durante el almuerzo o cena hacen que no haya suficiente control de lo que el niño está ingiriendo. Especialmente los cartílagos de pollo y las espinas de pescado. Ambos alimentos deben desmenuzarse con suma atención utilizando las manos, especialmente en niños pequeños. Las procesadoras, muy usadas para estos alimentos, no brindan completa seguridad a la hora de preparar la comida. La ingesta demasiado rápida y las comidas con muchos componentes  pueden ocultar o disimular la presencia de huesos o espinas. El uso de ortodoncias con paladar acrílico suele impedir la sensación punzante sobre el paladar.

Los cortantes son aquellos que presentan bordes o extremos filosos, con fácil atascamiento y lesión en el lugar del mismo. En este grupo, se encuentran los vidrios, las hojas de afeitar, las tapas de aluminio, las porciones de latas, etc.

Se denominan cuerpos extraños complejos a los que por su estructura o tamaño obstruyen fácilmente el tubo digestivo, lo lesionan y en función de ello deben ser extraídos generalmente mediante cirugía.  Se incluyen las prótesis dentarias, utensilios de cocina (tenedores, cucharas, cuchillos), autos de colección, etc.

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Un grupo especial lo constituyen las pilas o baterías. El mecanismo de lesión en estos casos es por efecto tóxico, por descargas eléctricas y daño de la mucosa digestiva (principal mecanismo),  por presión directa y por lesión cáustica.

El niño puede concurrir sin síntomas. Otras veces los niños más grandes pueden expresar dolor o dificultad al tragar, especialmente cuando se trata de espinas o cartílagos. Otros pueden presentar síntomas de obstrucción respiratoria, constituyéndose en urgencias que se deben resolver rápidamente. Muchas veces el dolor del abdomen es el que domina, especialmente en los casos de ingestión de vidrio o material cortante.

Ya se dijo que en la mayoría de los casos de ingestión de cuerpos extraños romos los mismos pasan en forma espontánea sin atascamientos. Una moneda generalmente es la involucrada que suele observarse con facilidad  mediante una Rx de abdomen, aprovechando la radio opacidad de la misma. Las pilas, especialmente de reloj o de computadoras son romas y tienen tamaño similar a las monedas. En la radiografía pueden confundir su imagen con las mismas. Sin embargo habrá que valorar en un corto período de tiempo si no hay atascamiento en algún sector, dada la probabilidad de lesiones ya comentadas.

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Hay una gran cantidad de objetos que no pueden visualizarse en una radiografía y dependerán de sus características y los síntomas que provoquen la forma de resolver la situación.

La radiografía también puede señalar cuerpos extraños retenidos en esófago, generalmente punzantes y que suelen requerir la intervención de un endoscopista para su extracción.

El píloro, la comunicación entre el estómago y el duodeno,  suele convertirse en una dificultad para que algunos cuerpos extraños, generalmente por su tamaño, no puedan atravesarlo. Esto es de especial importancia también las pilas o baterías que no deben permanecer por mucho tiempo en el mismo lugar del tubo digestivo. Todos ellos, casos en que la intervención de un endoscopista resulta fundamental.

La prevención en el ámbito doméstico es fundamental para prevenir estos tipos de accidentes. No todos los objetos tragados pasan y se pueden recuperar en la materia fecal.

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No se debe dejar comer a los niños sin el control de un adulto responsable, especialmente en menores de 3 años. Se deben evitar las distracciones a la hora de comer. Los trozos demasiado grandes de comida no son aconsejables. Lo mismo la mezcla de alimentos que dificulten la sensibilidad del niño, (pescado y puré). Las monedas no constituyen juguetes. Además de ser fuente de contaminación no deben ser manipuladas por los niños.

Por su naturaleza, los niños son curiosos y exploradores. No alcanza con ocultar los objetos peligrosos; es importante no perder de vista al niño ni dejar al alcance objetos pequeños. Hay que asegurarse de que los juguetes o muñecos con que juegue diariamente no presenten adornos o detalles que se puedan desprender.

Fuente: “Guía de diagnóstico y tratamiento en la ingesta de cuerpos extraños en pediatría”. Archivos Argentinos de Pediatría. 2017.

 

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