Deporte vs Osteoporosis

por | 29 enero, 2024

La pérdida de la densidad mineral ósea con la edad es una causa importante de osteoporosis, (deterioro del tejido óseo) que constituye una de los principales motivos de caídas y fracturas de cadera entre los adultos mayores.

Es ya conocido que los hábitos de vida en la infancia y adolescencia pueden influir en gran medida en la salud y aparición de enfermedades durante la adultez y vejez, especialmente en lo referido a enfermedades cardiovasculares.

Un reciente estudio diseñado por científicos de Japón ha encontrado relaciones significativas entre la actividad deportiva durante la niñez y adolescencia con la frecuencia de osteoporosis durante la vejez.

Habiendo incluído en la experiencia a 1596 adultos mayores y recopilado los antecedentes de actividad deportiva de cada uno de ellos, han concluido en la importancia de la actividad deportiva durante los primeros años de la vida.

Para ello se han valido del examen físico de cada uno de ellos, la densitometría de los huesos, los niveles de Vitamina D y los antecedentes de tratamientos contra la osteoporosis o lesiones sufridas a causa de ella.

La relación más significativa fue hallada en las densitometrías con signos de osteoporosis en los cuellos femorales, (cadera), siendo estos más frecuentes en las personas que no contaban con antecedentes de actividad deportiva importante durante su infancia o adolescencia.

Entre los que habían practicado algún deporte, los que contaban con antecedentes de deportes de impacto, poseían mayor densidad ósea en sus caderas. Se denominan deportes de impacto a aquellos que requieren despegar los dos pies del suelo para realizarlos, como, por ejemplo, el fútbol, el tenis, el básquet, el vóley, saltar o correr. Todos ellos se caracterizan por ejercer mayor presión sobre el sistema músculo esquelético producto del impacto contra el suelo.

Si bien los mencionados deportes suelen provocar con mayor frecuencia lesiones articulares o musculares, los mismos actuarían también como estímulo para mejorar la salud ósea desde edades precoces.

Estos efectos pueden atribuirse en gran medida al aumento de la masa ósea, que alcanzaría su punto máximo a los 20 años de edad, comenzando posteriormente a disminuir con la edad. En particular, los estudios han demostrado que un aumento del 10% en la masa ósea máxima durante la adolescencia puede retrasar la osteoporosis hasta 13 años. Resulta difícil aumentar la misma una vez que disminuye, por lo tanto, sería importante aumentar la masa ósea máxima durante la adolescencia para mantener la salud de los huesos durante la vejez.

El ejercicio físico en la adolescencia podría afectar entonces la densidad ósea más de 50 años después en los adultos mayores. Entre los deportes señalados al respecto figuran, como se dijo anteriormente, el básquet, el fútbol, el vóley, el básquet y el atletismo.

Una actividad deportiva temprana, iniciada probablemente como pasatiempo, puede muy bien sentar las bases para tener huesos sanos durante toda la vida. Teniendo en cuenta el impacto a largo plazo en la salud de los adultos mayores, se deberían fomentar en las escuelas primarias y secundarias actividades deportivas de alto impacto que estimulen el crecimiento óseo.

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