La diabetes

por | 28 agosto, 2023

DIABETES TIPO 2

Lo que hay que saber

Septiembre 2023

 

Se denomina diabetes a un grupo de trastornos caracterizados por el azúcar elevado en la sangre, (hiperglucemia). La diabetes tipo 1 se manifiesta por una deficiencia absoluta de insulina debido a la destrucción de las células que secretan dicha hormona en el páncreas. Esta enfermedad lleva a la muerte a menos que se instaure una terapia con insulina para reemplazar a la que el mismo organismo no secreta.

La diabetes tipo 2 en cambio, se produce por una resistencia de las células del cuerpo a los efectos de la insulina. En estos casos, la glucemia se encuentra elevada, no por una insuficiencia en la secreción de la hormona sino por una dificultad para que el azúcar ingrese a los tejidos. Esto determina en principio un aumento en la secreción de insulina llevando con el tiempo a un agotamiento de las células pancreáticas que la producen.

Hubo un incremento dramático en la prevalencia de la diabetes 2 en los adultos a partir de la década de 1950 relacionándose con el aumento en la prevalencia de la obesidad. En la actualidad se está presentando también en edades tempranas de la vida, ligada también a distintos hábitos y costumbres que desembocan también en el sobrepeso y la obesidad. Se considera con obesidad a un niño o niña cuando su Índice de Masa Corporal supera el percentil 95 para su edad. Se considera sobrepeso cuando ese valor se ubica entre los percentiles 85 y 95.

La diabetes tipo 2 afecta al 85% de la totalidad de los diabéticos. En nuestro país se cree que existen más de 1.500.000 diabéticos de los cuales 1.250.000 presentan diabetes 2.

Entre las complicaciones de esta enfermedad se encuentran el desarrollo de enfermedad coronaria, la amputación de miembros inferiores, la insuficiencia renal y constituye la primera causa de ceguera en adultos mayores de 50 años. Los mismos representan un serio problema de salud pública que involucra en forma cada vez más frecuente también a los niños.

Los estudios realizados sobre este tipo de diabetes sugieren que niños con predisposición genética, en presencia de factores ambientales, especialmente la obesidad, tienen riesgo aumentado de sufrirla, especialmente desde el inicio de la adolescencia. Las mismas investigaciones informan un aumento marcado en la incidencia de diabetes tipo2 en niños y adolescentes durante los últimos 20 años.

El 85% de los niños diabéticos tipo 2 presentan en la actualidad sobrepeso u obesidad, siendo al mismo tiempo factores de riesgo con posibilidad de ser modificados por el estilo de vida, especialmente en lo que respecta a la alimentación y el sedentarismo.

La enfermedad se presenta, como se dijo anteriormente, con mayor frecuencia entre los 10 y 14 años, siendo un poco más afectadas las niñas. Suelen encontrarse antecedentes de obesidad y/o diabetes en algún padre o familiar. Muchas veces se encuentran asociadas la hipertensión y el aumento del colesterol en sangre, constituyendo junto a otras variantes el denominado síndrome metabólico.

La diabetes materna manifestada durante la gestación se considera también un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad en el niño.

El comienzo de la diabetes 2 es generalmente solapado, acompañando los trastornos ocasionados por el sobrepeso o la obesidad. La acidosis producida por el aumento del azúcar en sangre puede provocar aliento característico, sed e incremento del apetito que agrava aún más el factor nutricional y motiva en muchas oportunidades la consulta.

Otras veces, los estudios solicitados por el pediatra sumados al examen clínico pueden llegar al diagnóstico. En ellos no sólo es importante el nivel de glucosa en sangre sino también el de insulina que, suele incrementarse a medida que la resistencia del organismo a recibir la glucosa también se acelera. Junto a estos hallazgos, algunas veces y en relación a la evolución de la enfermedad, se pueden hallar alteraciones en la orina y en la ecografía hepática con signos de acumulación de grasa.

El alto porcentaje de niños obesos y sedentarios hace que un plan alimentario y el incremento de la actividad física sean los pilares del tratamiento al igual que la educación del niño y la familia. Más aún, en muchos de los casos estas dos intervenciones suelen ser suficientes para detener el desarrollo de la enfermedad. Está bien establecido que el ejercicio físico mejora la sensibilidad a la insulina y a su vez facilita la reducción del peso corporal. El mismo debe ser constante, dependiendo de las preferencias, habilidades y estado físico del niño, siendo siempre más recomendables los deportes grupales.

Sin embargo, en algunos niños y adolescentes, ya sea por la falta de adaptación a un cambio en el estilo de vida o por el agotamiento en la secreción de insulina, es necesario la indicación de tratamiento farmacológico con hipoglucemiantes.

Como con otras enfermedades lo más importante es la prevención. Estar atentos al sobrepeso del niño y a las modificaciones oportunas de hábitos alimentarios y costumbres. Favorecer la actividad deportiva frente al sedentarismo que imponen las pantallas y los juegos electrónicos.

Las alarmas en cuanto a la prevención se deben encender aún más cuando existen antecedentes familiares directos de la enfermedad y durante el período de la adolescencia.

 

Fuentes:

  1. Barrett T. “Diabetes mellitus tipo 2 en la infancia” Pediatrics’ and Child Health. 2023
  2. Hirschler V. y col. “Diabetes tipo 2 en la infancia y adolescencia” Archivos Argentinos de pediatría. 2000

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