La meningitis

por | 3 septiembre, 2012


meningitis4LO QUE HAY QUE SABER

Septiembre 2012

 

La meningitis es una enfermedad infectocontagiosa de evolución y pronóstico reservado que ataca a las meninges, membranas que recubren al cerebro y médula espinal. Dado el compromiso del sistema nervioso puede provocar cuadros muy severos, produciendo signos y síntomas neurológicos, secuelas, complicaciones importantes y hasta la muerte.
Puede ser originada por bacterias, virus, hongos y parásitos.

Las bacterias involucradas son el hemophillus influenzae, el neumococo, el meningococo y el bacilo de la tuberculosis. Generalmente estos gérmenes poseen distintos serotipos que con mayor frecuencia producen la enfermedad según zonas geográficas. En el caso del meningococo se conocen brotes de los tipos B, C, Y, A y W. Todos se contagian por vía respiratoria, por secreciones de pacientes enfermos o portadores sanos. Estos últimos son personas que poseen los gérmenes en sus vías aéreas superiores, no enferman pero contagian sirviendo de reservorio para los gérmenes en la propagación de los brotes.

Los virus que más frecuentemente provocan meningitis son los enterovirus, o sea transmiten la enfermedad generalmente por vía fecal-oral y también respiratoria. El virus de la parotiditis o paperas era también un agente habitual, habiendo disminuido su frecuencia con la aplicación de la vacuna triple viral.

Los hongos y los parásitos provocan meningitis en forma poco frecuente y generalmente en pacientes con enfermedades que afectan a sus defensas.

meningitisLos signos y síntomas de la meningitis son generalmente al inicio bastante inespecíficos. También varían según la edad del paciente y si recibieron algún tratamiento previo. Habitualmente hay fiebre, malestar general, dolor de cabeza, vómitos, fotofobia, depresión del sensorio y rigidez en los músculos de la nuca, lo que hace difícil y dolorosa su flexión. En algunos cuadros pueden aparecer pequeñas hemorragias en piel, (púrpuras y petequias) y rápido compromiso de distintos órganos y peligro de muerte. El meningococo suele originar dicha evolución.

meningitis6Para confirmar el diagnóstico de meningitis se requiere generalmente realizar la punción lumbar. Dicha maniobra permite extraer líquido cefalorraquídeo y obtener datos químicos y bacteriológicos para identificar el germen involucrado. Las bacterias son generalmente más fáciles de reconocer dado que provocan enturbiamiento del líquido, se suelen observar en el microscopio y se pueden cultivar. Los virus son más difíciles de identificar y generalmente se sospecha su etiología frente a líquidos claros o normales.

El tratamiento para las meningitis bacterianas es siempre antibiótico. La elección del mismo es facilitada muchas veces por las características del germen observado luego de la punción. Algunos virus requieren tratamiento específico con drogas antivirales.

La prevención comienza con medidas de higiene, el correcto lavado de manos, la ventilación de los ambientes, evitando el hacinamiento y la contaminación.

Hay numerosas vacunas que protegen frente a distintos agentes que provocan meningitis. La mayoría están incluídas en el calendario oficial de vacunas.

Germen Vacuna Edad de aplicación
Bacilo tuberculoso BCG Recién nacido
Hemophillus B Pentavalente
Cuádruple
2-4-6 meses
18 meses
Neumococo Prevenar (MR) 2-6 meses – 1 año
Virus de la parotiditis Triple viral 1 año – 6 años
Meningococo A-C-Y-W Menveo (M.R.) 3-5-15 meses 

En cuanto al meningococo, hay vacunas contra algún o algunos serotipos, no existiendo a la fecha la vacuna que produzca inmunidad contra todos ellos. El meningococo produce generalmente casos esporádicos o brotes en muchas regiones del mundo. Cuando la frecuencia es superior a lo estimado como habitual, la cantidad de casos constituyen brotes. Desde hace bastantes años no hay brotes de meningitis por meningococo en nuestra región. Los casos que se producen no superan los ocurridos en la última década y son ocasionados generalmente por el serotipo B seguido de lejos por el C. 

En el caso del serotipo B, existe sólo una vacuna, (asociada al C), con 2 dosis de aplicación con una separación de 6 semanas entre ellas. No provocaría inmunidad en menores de 2 años y la duración de la misma no sería prolongada, debiéndose reforzar si ocurrieran nuevos brotes.

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Existe una vacuna contra el serotipo C que se puede aplicar a partir de los 2 meses de edad. En menores de 1 año se administran 2 dosis con un intervalo no menor a un mes entre cada una de ellas. En mayores del año se aplica sólo una dosis. Produce protección duradera contra el meningococo. Existe además otra vacuna que provoca anticuerpos contra los serotipos A,C, Y y W. De eficacia comprobada, se inicia con el esquema que aparece en el cuadro.

En relación a la vacuna contra el neumococo, (Prevenar M.R.), desde su aparición se ha ampliado su protección a nuevos serotipos del germen, siendo a la fecha de13. Recordamos que es una vacuna conjugada, o sea, unida a proteínas para provocar inmunidad en niños menores de 2 años. Si bien el calendario oficial indica dos dosis durante el primer año también pueden indicarse 3 y un refuerzo al año de la última. A partir de los 2 años y en los adultos se utiliza la vacuna antineumocóccica no conjugada contra 23 serotipos del neumococo. Esta última no está incluída en el calendario oficial de vacunas dado que los niños son vacunados a edad temprana con la conjugada. Se indica sólo a pacientes con enfermedades crónicas, déficit en las defensas y mayores de 65 años junto con la vacuna antigripal.

Existe también una vacuna, (Synflorix M.R.), contra el neumococo, similar a la Prevenar, que provoca también defensas contra ciertos tipos de hemophillus B, menos frecuentes, no incluídos en la vacuna del calendario oficial. Posee el mismo esquema de vacunación y se administra conjuntamente con esta última.

Cuando ocurre algún caso de meningitis por meningococo u hemophillus suele indicarse al grupo conviviente y al escolar, especialmente en guarderías y jardines, profilaxis con antibiótico específico. El mismo debe ser indicado por el médico o la autoridad sanitaria correspondiente. Dicho esquema no está dirigido a prevenir la enfermedad sino, principalmente a erradicar el germen en los probables portadores sanos que existan en el grupo. Como ya dijimos, son niños o adultos que poseen bacterias en las vías aéreas superiores pero no enferman, siendo fuente de contagio para el resto de la población.