Las mascotas y los chicos

por | 13 agosto, 1997

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LO QUE HAY QUE SABER

 

Agosto 1997

Los animales domésticos suelen ser una compañía inseparable de muchos chicos. Participan de sus juegos, son cómplices obligados de sus travesuras y caprichos. Las mascotas por su parte les enseñan a los niños el respeto por la vida y la muerte, les proveen amor incondicional y gran ternura. Si bien muchos tipos de animales pueden ser muy buenas mascotas, los siguientes consejos girarán alrededor de los perros.

Alergias: No siempre las alergias respiratorias son causadas por animales. No obstante ello, de poseer un niño esas características es aconsejable mantener al perro fuera de la casa, principalmente del dormitorio, bañarlo con frecuencia pero no peinarlo ni cepillarlo para evitar la liberación de polvo. Los caniches podrían ser los más adecuados para evitar alergias pues el pelo de los mismos es de crecimiento lento sin épocas de caídas. Caso contrario serían los terriers y labradores.

Rabia: Es rara hoy en día y, en general es transmitida por carnívoros salvajes como zorrinos, zorros y murciélagos. Perros y gatos inmunizados correctamente tienen muy poca posibilidad de desarrollar rabia. En cambio los animales salvajes que muerden deben ser considerados como rabiosos hasta probarse lo contrario.

Mordeduras: Para saber prevenirlas debemos conocer algunas particularidades de los perros y sus costumbres. Los mismos provienen históricamente de animales de manada gobernada por una jerarquía social donde miembros dominantes o jefes dominan a los menos dominantes. Dicha «sociedad» permite un período de gracia a los cachorros , durante el cual quedan libres de los rígidas reglas de la estructura social. Ésta probablemente sea la razón por la cual los perros son generalmente tolerantes con los bebés humanos. Las víctimas más frecuentes de las mordeduras son los varones entre los 5 y 9 años quizás porque los perros sientan que a esa edad el período de gracia ya acabó. El animal responde al chico como lo haría con un cachorro, con ladridos y gruñidos, pero el niño no se comporta como un cachorro al no adoptar actitudes de sumisión. Por el contrario tienden a gritar y a correr , lo que excita aún más al perro.

Por otra parte los bebés o niños de visita pueden ser vistos como intrusos y ser víctimas también de mordeduras.

Todos los perros deben ser controlados, por mansos que sean cuando juegan con los niños.

Si bien los bebés son mordidos con mucha menos frecuencia que los niños mayores, las heridas en los primeros suelen ser en cara y cabeza generalmente graves o mortales. Baste recordar que la pequeña cabeza de estos niños están al nivel de la boca de los perros y muchas veces rodean con sus brazos el cuello del animal.

¿Qué ocurre cuando llega un nuevo integrante a la familia?

El arribo de un bebé es una situación que se debe considerar si se tienen mascotas, en especial perros.

La mayor parte de los canes son curiosos con los bebés, especialmente si no han visto uno antes. Probablemente no los ven como seres humanos sino como una simple curiosidad no mostrando signos de agresión. No obstante si el animal tiene antecedentes de ataques a niños o adultos o conductas agresivas frente a pequeños animales será aconsejable consultar al veterinario y mantener al perro separado del bebé.

Sería aconsejable que para el momento que el niño nazca el perro pueda sentarse y acostarse al indicársele, manteniéndose en esa posición pase lo que pase. Estos comandos serán de mucha utilidad cuando el animal esté cerca del bebé.

Antes que el niño aparezca en la familia, se pueden simular las actividades que se realizarán en el futuro. Por ejemplo, con el perro en posición de sentado, tomar una muñeca, acunarla y dejar que el perro la observe manteniéndose en esa posición, recompensándolo finalmente por quedarse quieto.

Cuando el bebé ya se encuentre en casa, acérquele al perro una mantita o vestimenta que el niño haya usado. De esta manera se familiarizará con su olor y estará menos curioso cuando lo tenga a la vista.

Permitir que el perro nos salude siempre primero a nosotros sin el bebé. Una vez que esté calmado y el bebé se encuentre también en silencio, el niño puede ser mostrado. Recompensar al can siempre con una caricia ante un comportamiento adecuado.

El perro puede oler al bebé desde varios metros y dependerá del tamaño del animal y nuestra idiosincrasia para dejarlo olfatear al niño desde cerca.

Una vez hechas las presentaciones es importante la supervisión constante. El perro debe estar suelto pero no debe tener acceso al bebé sin la presencia del amo. Aunque la mayoría de los animales se adaptan rápidamente a la llegada de un bebé a la casa, es más seguro asumir que puede ocurrir una reacción adversa y supervisar todas las interacciones entre el perro y el bebé.

Previniendo mordeduras: Elegir siempre un perro no agresivo para la familia. Observar si se presentaran conductas agresivas. Enseñar a los niños reglas de seguridad: Nunca acercarse a un perro que parezca atado, encadenado, en una «cucha», detrás de un cerco o dentro de un auto. No acercarse a un perro que ladra aunque «mueva la cola», nunca sacarle comida o juguetes a los animales, no molestarlos cuando duermen o se alimentan, jamás disciplinarlos pegándoles o mal-tratándolos.

Por último se citan las razas que generalmente se adaptan mejor a los niños, independientemente de sus tamaños, y por el contrario los que pueden presentar problemas.

Buenas razas: Labrador, Vizla, Cocker Spaniel Inglés, Pointer, Collie, Setter, Ovejero australiano Pastor inglés, Sabueso, Basset.

Razas que pueden morder: Chow, Ovejero Alemán, Pit bull, Akita, Rottweiler, Doberman, Chihuahua, Dachsund, Terriers.

Vale la pena conocer datos estadísticos aportados por el Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Materno Infantil de San Isidro en relación a las consultas recibidas por mordeduras en ese nosocomio.

Con respecto al animal:

  • El 94% de los perros conocía a la víctima, por ser de la familia, familiares o vecinos.
  • La mayoría superaba el año de edad, habiendo dejado de ser cachorros.
  • El 34% tenía antecedentes de haber mordi- do previamente.
  • Ha sido muy escaso el porcentaje de perros «callejeros» que produjeron este tipo de ac- cidente.

Con respecto al niño:

  • El 53% de los niños atendidos tenía menos de 5 años.
  • El perro fue agredido en forma voluntaria o involuntaria en más de la mitad de los casos por molestarlo al estar durmiendo, corrien- do, amamantando a sus cachorros, sacarle un juguete, gritarle, o acercarse cuando se producen ruidos intensos (fuegos de artifi- cio, truenos).

Lo que deben tener en cuneta los padres:

  • Controlar de cerca la relación de los niños con los animales domésticos. Los niños pe- queños no deben quedar solos con un perro.
  • Elegir un perro no agresivo para su familia.
  • Enseñar al perro a ser sumiso, que responda órdenes. Nunca adiestrarlo pegándole.
  • Observar si el perro presenta cambios de carácter. Pedir asesoramiento a veterinarios.
  • Tener precaución con los que estén encade- nados o encerrados.(Datos aportados por el Dr. Hugo Marengo .Julio de 1999).

(Bibliografía utilizada : K.P. Connelly. «Consejo a las familias sobre mascotas». Contemporary Pediatrics 1997; 14:71-86.