LO ÚNICO QUE TOMA EL BEBÉ HASTA LOS 6 MESES DE VIDA
Agosto 2011
Un bebé no amamantado presenta 18 veces más riesgo de padecer diarrea; 4 veces más riesgo de morir por neumonía; 3 veces mas riesgo de sufrir otitis, 4 a 16 veces más riesgo de padecer meningitis por hemophilus influenzae. También posee más posibilidades de presentar enfermedades como asma, alergias, y enfermedades autoinmunes. Además, más adelante, tendrá más posiblidades de sufrir diabetes, enfermedad celíaca, leucemia, rechazo a transplantes y sindrome de muerte súbita, etc.
La lactancia materna estimula la relación madre-hijo, facilita el apego y la crianza. Mejora los niveles de desarrollo cognitivo del lactante.
La habilidad para la succión puede en algunos bebés de término no estar totalmente desarrollada al nacer y puede estar condicionada por drogas recibidas por la madre durante el parto. No obstante, la gran mayoría de los bebés, utilizando el reflejo de búsqueda que se activa cuando el pezón toca su rostro, comienzan a succionar vigorosamente. Esa primera mamada es crítica ya que graba una impronta del patrón de succión que seguirá el niño con los senos de su madre. Es por ello que se debe poner el bebé al pecho desde el mismo momento del nacimiento, siempre y cuando las condiciones de salud del mismo y de su madre lo permitan y administrárselo a demanda. Es orientador sugerir un período entre 2 y 4 hs entre mamadas, especialmente durante el primer trimestre de la vida, aclarando la posibilidad de irregularidad en el lapso requerido durante distintos momentos del día. Es aconsejable la «lactancia según mutuo requerimiento», o sea, cuando el bebé reclama ser alimentado o la madre siente turgencia y requiere vaciamiento de los pechos. Para mantener la producción láctea es conveniente que se vacíen los dos pechos en cada oportunidad. No obstante puede suceder que el niño se duerma con la toma del primer pecho, debiéndose algunas veces completar el vaciamiento del segundo con extraccion manual. El corto descanso con que los bebés suelen terminar la succión del primer pecho es frecuentemente interpretado por las madres como el fin de la mamada. Muchas veces el bebé necesita retomar la succión luego de unos minutos.
Muchos bebés son destetados sin indicación médica alguna. Muchas veces en los mismos sanatorios se ofrecen biberones, interfiriendo y compitiendo con el pecho, iniciando un círculo vicioso en la medida que la mamadera comienza a ser un «refuerzo» del pecho y termina lamentablemente ocupando su lugar. Cuanto menos se ofrece la teta, menos secreción láctea hay, lo que explica el final de la historia. Por otra parte dar el
pecho es un compromiso de salud y de
amor con el bebé.
Si la mamá está convencida que es lo mejor y «es la dueña de la fábrica» es difícil entender por qué deja de dárselo.
La lactancia materna lamentablemente también desciende cuando la madre vuelve al trabajo. Si el trabajo es formal hay leyes que protegen el mantenimiento del pecho, regulando los horarios respectivos. Además hay métodos para conservar extraer y almacenar la leche, para que pueda ser administrada por algún familiar en el período de ausencia de la madre.
Así es la leche de madre, la mejor, insustituible. Aunque gratis, no tiene precio.