El abdomen y su examen

por | 27 mayo, 2019

REVISANDO PANZAS

¿Qué busca el médico?panza3

Junio 2019

El examen del abdomen de los niños es uno de los pasos que el pediatra realiza en cada consulta. Independientemente del motivo de la misma, la panza siempre brinda al profesional datos que pueden facilitar el diagnóstico de variados estados y patologías.

Niños y adultos suelen sentirse invadidos cuando un médico examina el abdomen, especialmente por la necesidad de descubrirlo en forma completa para una buena evaluación. No ocurre obviamente lo mismo con los bebés en los cuales el examen suele ser más fácil siempre y cuando no se asusten y lloren, lo que tensionará el abdomen dificultando la semiología. Aún así, esta situación suele alertar sobre puntos herniarios. Las hernias umbilicales, las del ombligo, suelen percibirse con mayor amplitud cuando el niño llora.

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El abdomen  puede verse distendido generalmente a causa del incremento de aire dentro de las asas intestinales y secundario a la alimentación recibida en las últimas horas. La eliminación posterior de gases motivará la desaparición de la distensión y el dolor si lo hubiera habido.

Palpar un abdomen permite al examinador tener información sobre la localización y el incremento de los dolores y la irradiación de los mismos a distintas partes de la panza o incluso al resto del cuerpo. No es tarea fácil palparlo. Lograr que el paciente se relaje, especialmente un niño, y que deje blanda la panza requiere muchas veces de estrategias variadas que incluyen la conversación previa o simultánea durante el examen. Del mismo modo las manos del médico no deberán estar frías, situación difícil en época invernal.

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Una palpación superficial trata de detectar si hay zonas con tensión muscular aumentada. Generalmente estos signos pueden corresponder a cuadros infecciosos como por ejemplo la apendicitis,  suele indicar generalmente el aumento de su tamaño. Lo mismo ocurre con el bazo en la parte izquierda. Las hernias además de verse también se pueden palpar, comprobando algunas veces la entrada y salida del asa intestinal involucrada.

En niños constipados es frecuente que el médico pueda palpar en la región inferior izquierda pequeñas pelotitas que corresponden generalmente a materia fecal acumulada.

El abdomen también se percute. El médico por intermedio de sus dedos obtiene también respuestas. El llamado “timpanismo” que siempre es secundario al aire dentro de las asas intestinales o por el contario el sonido “mate” que habla de su escasez o inexistencia.

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Al igual que el tórax, el abdomen puede ser auscultado por medio del estetoscopio. No es otra cosa que escuchar los sonidos que se producen en la panza producto del funcionamiento del aparato digestivo. Las asas intestinales se mueven en forma casi constante al ritmo del peristaltismo que no es otra cosa que las ondas que mueven el contenido a través de las mismas. Los gases que progresan a lo largo del intestino grueso son fácilmente también reconocidos a través de la auscultación.

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De esta forma, mediante métodos sencillos que tienen como objetivo saber qué puede estar ocurriendo en un abdomen, se puede llegar muchas veces a un diagnóstico. Más aún en el caso de niños pequeños que muchas veces no pueden expresar o precisar el tipo de dolencia que les aqueja.

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