Herencia y experiencias

por | 26 febrero, 2020

El ambiente y las experiencias modelan nuestros genes

ALGO MÁS SOBRE EPIGENÉTICAepi1

Marzo 2020

Los estímulos ambientales recibidos desde el útero materno hasta los primeros años de vida  pueden determinar la salud o la enfermedad en el curso de la vida de cada persona.

La epigenética, ciencia a la que nos referimos en anteriores artículos, explica que la expresión de los genes con los que cada uno nace puede ser controlada por las experiencias que se reciban, especialmente durante la gestación materna y los primeros años de vida.

Sustentada en la epigenética  se pueden comprender el origen de muchas enfermedades no transmisibles del adulto como la diabetes, la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de tumores y la obesidad. Según este concepto, las experiencias que modelan el desarrollo de los niños comienzan durante la gestación y continúan en la vida posnatal hasta los dos años, etapa conocida como los “primeros 1000 días”.

epi2De esa forma, un embarazo y un parto saludables, una crianza afectuosa, la lactancia materna seguida de una nutrición adecuada, la protección ante tóxicos ambientales, el juego, la actividad física y las oportunidades para el aprendizaje son las bases para un desarrollo saludable. Los beneficios de dichos cuidados son para siempre e incluyen una mejor salud, la capacidad de aprender y alcanzar la realización plena en la vida.

Este  concepto fundamental obliga a poner énfasis en el cuidado de la salud de los niños desde muy temprana edad, debiendo prestar atención además en los aspectos nutricionales, el cuidado afectivo, la seguridad y el aprendizaje temprano como forma de garantizar una vida más saludable durante toda la vida.

epi4El período gestacional y los dos primeros años de vida constituyen períodos de alta vulnerabilidad a amenazas como la malnutrición, agentes químicos y físicos ambientales, tabaco, drogas y estrés. Dichos estímulos provocarían un proceso de adaptación denominado programación, que puede realizarse mediante la plasticidad del desarrollo.

Esa adaptación implica que las células del organismo responden adaptándose a esos estímulos por medio  de la activación o desactivación de genes específicos. Estos fenómenos son mucho más prominentes durante la vida prenatal  y postnatal temprana en el tiempo de diferenciación celular y formación específica de tejidos.

Los efectos pueden no ser visibles al nacer, dado que no ocasionan defectos de nacimiento o malformaciones evidentes sino que se trata de cambios funcionales sutiles como por ejemplo alteraciones en la síntesis proteica,  en el número de células o el metabolismo, aumentando el riesgo de algunas enfermedades, llegando a manifestarse luego de un período de latencia de meses, años o décadas. Estas alteraciones, además, pueden transmitirse a través de las células germinales a las generaciones siguientes, dando como resultado efectos transmitidos en forma hereditaria.

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La epigenética conecta la información genética en el ADN (genotipo) con el ambiente, dando como resultado características específicas visibles que constituyen el denominado fenotipo.

Si bien el programa genético de cada célula le indica su diferenciación y su función el mismo también puede recibir modificaciones en base a las experiencias sufridas especialmente en etapas vulnerables de la vida.

Una célula determinada genéticamente para una tarea específica puede cambiar su funcionalidad por influencia del ambiente y producir enfermedad. En síntesis, el ambiente puede provocar, desde la vida intrauterina, cambios químicos que activan o silencian genes.

Dicho fenómeno  ha llevado recientemente a prestar atención acerca de  perturbaciones originadas en el mundo exterior que seguramente llevan a la mencionada adaptación celular dentro del organismo.  Tanto los tóxicos ambientales como la violencia doméstica son importantes factores que marcan al ser desde los primeros días, comprometiendo  su salud y también como vimos la de su descendencia.

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La exposición a plaguicidas y compuestos sintéticos durante el embarazo puede, décadas más tarde, promover enfermedades y transmitir esa susceptibilidad a las siguientes generaciones. Los metales pesados como el arsénico, níquel y cadmio tienen la capacidad de  silenciar algunos genes provocando la transformación celular. Estos mecanismos epigenéticos se han asociado con una serie de enfermedades incluyendo el cáncer, trastornos neurológicos y enfermedades autoinmunes. Lo mismo sucede con el  bisfenol A (BPA), un compuesto químico industrial que se halla en el plástico policarbonato, empleado en infinidad de productos como biberones, tazas, botellas de agua, y resinas epoxi,  utilizadas en el interior de recipientes y envases de alimentos y bebidas y los ftalatos, compuestos químicos que se usan principalmente para producir cloruro de polivinilo (PVC) .

Los efectos de las exposiciones tempranas a algunos químicos ambientales pueden ser permanentes y transgeneracionales,  lo que aumenta el riesgo de que  generaciones futuras desarrollen enfermedades tales como obesidad, algunos cánceres y trastornos en la reproducción.

abuso2Por estudios  en animales y humanos se ha demostrado que las experiencias de violencia pre y postnatales producen efectos duraderos en la estructura y el comportamiento de las neuronas, adjudicándosele un papel importante en el origen y evolución de varias enfermedades como síndromes metabólicos, deterioro cognitivo y trastornos psiquiátricos.

Una respuesta prolongada y patológica al estrés provocado por alguna de estas experiencias puede causar una interrupción del desarrollo saludable del cerebro, motivando más adelante dificultades en el procesamiento de las emociones, la memoria y el control del stress. Estas consecuencias pueden afectar negativamente a la descendencia y perpetuar una exposición continua a experiencias infantiles adversas a lo largo de las generaciones, debido a la transmisión de los mencionados cambios epigenéticos.

Los gobiernos en general  deberían tomar nota de todos estos fenómenos comentados propiciando políticas en favor de embarazos y crianzas saludables, más aún si dichos beneficios, en base a la epigenética, favorecerán también a generaciones futuras.

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Fuente: Gil Stella Maris y col. «Concepto DOHad» . Programa Nacional de Actualización Pediátrica. S.A.P. 2019.

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