Lactancia natural y dificultades

por | 30 julio, 2018

Ponerle pecho al pecho

dificultades2SOLUCIÓN A LAS DIFICULTADES

Agosto 2018

La lactancia materna es la forma de alimentación natural de todo bebé. Los innumerables beneficios de la leche de pecho son ampliamente reconocidos, con efectos no sólo durante la etapa pediátrica sino también en la edad adulta. De modo contrario, se puede afirmar que la alimentación con fórmula no es beneficiosa para el bebé, teniendo potenciales efectos nocivos para la salud del niño.

La costumbre de alimentar a los bebés al pecho era parte del acervo cultural transmitido en forma generacional. En otras épocas era difícil concebir la alimentación de un bebé sin la participación de “la teta”.  Sin embargo, la industrialización de los alimentos sumada a la publicidad hizo que, especialmente a mediados del siglo anterior, la leche de fórmula ganara terreno, especialmente en las clases sociales acomodadas. El ingreso masivo de las mujeres al mundo laboral, la escasa legislación que garantice licencias por maternidad, el trabajo en negro con escasos derechos y el bombardeo publicitario hicieron que la leche de fórmula ganara terreno en el resto de la sociedad.

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Afortunadamente en la actualidad, la vuelta a costumbres más sanas y naturales ha favorecido que la mayoría de las mujeres amamanten. El problema se encuentra ahora en la exclusividad y continuidad de la puesta al pecho. Muchas madres inician la lactancia natural pero no todas llegan mínimamente al  sexto mes. También es frecuente la llamada alimentación mixta que incluye biberones entre las mamadas o durante las noches que marcando generalmente el camino para el abandono definitivo del pecho.

Pecho exclusivo significa alimentar al bebé sólo con “teta” durante los primeros seis meses. Ni agua, ni jugos, ni leches o fórmulas comerciales. De esta forma se obtienen los beneficios ampliamente comentados y difundidos de la lactancia específica tanto para el niño como para la madre.

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Sin embargo  suelen ocurrir dificultades o problemas que pueden interferir  el cumplimiento de la regla. Las mismas pueden aparecer desde el mismo momento del nacimiento.

el-pecho-materno El contacto piel a piel, inmediatamente después de nacer y el inicio de la lactancia materna durante la primera hora de vida, favorece la adaptación metabólica del bebé, su organización y la recepción de la flora de bacterias que alberga la piel de su madre, (bacterias saprófitas) que le servirán de defensas. Del mismo modo se favorece en  forma temprana el acople boca-pecho contribuyendo a evitar posteriores alteraciones de la succión.

El principal responsable del cumplimiento de esta práctica es el equipo de salud y la Institución donde se lleve a cabo el parto. La entrevista preconcepcional con un profesional es importante para promover la alimentación a pecho y despejar dudas, especialmente si se trata del primer bebé. Será fundamental allí enseñar a la madre distintas posiciones para alimentar a su hijo, promoviendo de esta forma el vaciado parejo de ambas mamas. La terminación del embarazo por cesárea motiva muchas veces que el primer contacto y la puesta al pecho se demore con el correspondiente perjuicio para el bebé.

Una consulta frecuente y que suele provocar dudas  en la madre es el descenso de peso durante las primeras semanas después del nacimiento. Esta disminución es totalmente normal y su recuperación puede prolongarse más allá de los 10 días de vida. La pérdida de peso mayor a un 10% no significa que el bebé requiera complementos, siempre y cuando posea un examen clínico que evalúe su estado general. La recuperación promedio se da a los 8 días de vida. A los 21 días el 97,5 % de los niños recuperan el peso de nacimiento.

Otra consulta habitual y que suele interferir la lactancia natural es la presencia de ictericia, la coloración amarilla de piel y mucosas. La misma ocurre en la mayoría de los bebés recién nacidos, constituyendo generalmente un cuadro benigno sin tener relación alguna con incompatibilidades de grupo o factor sanguíneo. No obstante requerirá siempre control médico dada la potencial toxicidad de la bilirrubina en sangre.

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Los lactantes amamantados presentan en forma más frecuente ictericia pudiendo extenderse hasta la segunda y tercera semana de vida. Este fenómeno se origina en un incremento en la absorción intestinal de bilirrubina debido a componentes presentes en la leche humana. No obstante ello, la ictericia finalmente disminuye, aún cuando la puesta al pecho continúe. Erróneamente la idea de “diluir” la bilirrubina motiva suplementar o incluso suplantar al pecho por leche de fórmula o agua.

Una inadecuada succión del bebé puede retrasar la eliminación de materia fecal. La misma posee cantidades considerables de meconio que, debido a su “estancamiento”, puede facilitar la reabsorción del mismo hacia la sangre.

Otro factor de preocupación materna y que puede llevar al abandono de la lactancia específica  lo constituye la dificultad en prender el bebé al pecho. El niño llora, la madre se pone nerviosa y el círculo vicioso se inicia, terminando muchas veces con la llegada del biberón. En estos casos,  la observación de una mamada por un puericultor será suficiente para hallar los motivos del presunto fracaso. La imposibilidad de secretar leche por los senos, (hipogalactia) es rara y muy poco frecuente. El tamaño de los senos no indica facilidad o dificultad para amamantar. La leche materna es siempre buena. Es un error creer que hay leches malas, flojas o débiles.

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La preocupación por el incremento del peso suele también ser una de las causas del abandono o reemplazo del pecho materno. La comparación con otros bebés y el mal consejo de familiares y amigos hacen el resto. El llanto producido por los llamados cólicos del primer trimestre suele confundirse con hambre y motivar también el agregado de biberones. Lo real es que los bebés poseen una amplia franja de incremento ponderal normal pudiendo variar muchas veces en relación a la edad y características genéticas. El examen médico es fundamental para evaluar si el niño posee un crecimiento y desarrollo normal. Un bebé con un examen clínico normal, que se encuentra vital, que se prende bien al pecho y moja pañales en forma frecuente seguramente es alimentado en forma correcta.

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Las afecciones del pezón y especialmente el dolor de los mismos suele provocar en forma transitoria o definitiva el abandono del pecho. Entre ellas las grietas del pezón, originadas generalmente por agarre inadecuado,  generalmente se previene o se soluciona  variando o rotando la posición durante el amamantamiento. Se recomienda evitar el uso de ropa interior ajustada o de nylon. Airear la zona, higienizar con agua y jabón. Colocar gotas de la misma leche luego de la succión puede contribuir también a evitar las grietas o el enrojecimiento. Si el dolor es muy importante se puede dar pecho de la otra mama, tratando de realizar extracción manual del lado afectado.

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La mastitis es la inflamación de la mama. Representa un factor de riesgo dado que motiva en forma frecuente el abandono de la lactancia materna. Se presenta con dolor intenso, enrojecimiento e hinchazón de la mama afectada, asociándose algunas veces malestar general y fiebre. Puede originarse en una grieta del pezón previa pero el mecanismo generalmente involucrado es el éstasis o estancamiento de la leche en la mama, secundaria a dificultades en la puesta al pecho, disminución de la frecuencia de las tomas, incorporación de biberones y uso de chupetes para espaciar las tomas. Para su tratamiento es fundamental mantener la lactancia y drenar en forma frecuente la mama afectada.

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Las distintas dificultades presentadas en este artículo muestran los escollos que generalmente se presentan durante la alimentación con el pecho materno. Todas pueden y deben ser resueltas. Para ello se necesita el genuino convencimiento de la madre y del grupo familiar no sólo de las ventajas de la leche materna sino también del riesgo de alimentar con fórmula. Nunca se debe pensar en el biberón como una alternativa posible frente a los problemas sino como un último recurso para la solución de los mismos.

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Fuente:

Conti R. «Dificultades durante la lactancia». Programa Nacional de Actualización Pediátrica. S.A.P. 2018

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