La higiene del bebé

por | 27 septiembre, 2023

BAÑANDO AL BEBÉ

Caricias, masajes y algo más

Octubre 2023

El baño del bebé es una experiencia reconfortante tanto para el bebé como para sus padres. Es un excelente momento para acrecentar el apego, donde el pequeño disfruta de las caricias, masajes, voces y rostros.

El agua tibia sobre la piel es una sensación conocida para el bebé dado que es el medio que lo protegió mientras su madre lo albergaba. Constituye un momento ideal para entrecruzar miradas, sonrisas y arrullos.

Es frecuente también que durante el baño los padres reconozcan nuevas habilidades del bebé o hallazgos relacionados con el crecimiento.

Sin embargo, este ritual suele generar dudas o preguntas que suelen ser llevadas a la consulta con el profesional.

Los bebés suelen nacer con un unto o materia grasa de distinta cantidad en relación al tiempo de gestación. Los sanatorios, luego de favorecer el contacto íntimo con la madre, suelen higienizarlos en forma suave barriendo esa capa grasa. Sin embargo, por recomendaciones científicas esta costumbre se está modificando, debiendo esperar al menos entre 6 a 24 hs para realizar el primer contacto con el agua. El stress por el cambio de temperatura puede originar en los recién nacidos, especialmente prematuros, hipotermia y descenso del azúcar en la sangre, (hipoglucemia).

Por otra parte, el unto sebáceo con el que nacen es una barrera antibacteriana para las primeras horas de vida. Del mismo modo constituye un excelente medio para evitar que la piel se reseque.

Ya en casa, el baño del bebé es un momento para acrecentar vínculos y experiencias placenteras.

La higiene del recién nacido en casa debe realizarse en forma localizada con esponjas hasta la caída del cordón umbilical, lo que ocurrirá entre una y dos semanas de vida. Hasta ese momento la cola es la zona del cuerpo donde se centrará la limpieza, especialmente para remover los restos de pis y caca, también detrás de las orejas, los pliegues de los brazos y las piernas, utilizando un paño húmedo para el rostro y la cabeza.

En estas instancias no se sumerge al niño en el agua y sólo la esponja tiene contacto con la piel mediante suaves masajes. No es necesario que sea con jabón y de utilizarlo debe ser uno suave, sin perfume y de composición neutra.

No se aconseja el baño completo mientras se encuentre el cordón, a fin de preservar la zona umbilical seca y limpia, evitando infecciones y contaminaciones. Dentro de las 24 hs de haberse desprendido, el bebé estará en condiciones de recibir su primer baño.

Lo más importante es efectuarlo en un momento del día en el que haya la mayor tranquilidad, teniendo todos los implementos para realizarlo ya preparados y cercanos al sitio donde se realizará el baño. Uno de los horarios más elegidos para ejecutarlo es antes de acostarlo por las noches. El ambiente debe estar previamente climatizado, evitando que el niño se enfríe.

La frecuencia del baño es variable, en relación a la suciedad que posea el bebé y a las comodidades que brinde la casa, relacionadas especialmente con el agua caliente y la calefacción. Es tan saludable bañarlo una vez por día como 3 o 4 veces a la semana.

Hay bañeras especiales para bebés que cumplen con normas de seguridad recomendadas por expertos o instituciones. Las mismas deben ser de plástico rígido con una superficie inclinada y una textura que impida que el bebé se deslice. Sin embargo, la mayoría de los padres utiliza una pileta o la misma bañera para efectuarlo. En estos últimos habrá que tener cuidado ya que pueden poseer superficies resbaladizas, evitando objetos que sobresalgan y produzcan lesiones como la presencia de grifos y manijas.

El agua debe estar tibia. La forma más práctica de verificar una temperatura adecuada es tocarla con la parte interna del codo o muñeca de un adulto. No utilizar el agua directa del grifo sobre la piel del bebé dado que los cambios bruscos de temperatura, en especial al abrirla, pueden quemar al bebé.

Para considerar una inmersión segura, el nivel del agua no debe superar los 5 cm. Una de las manos de la madre debe sostener la cabeza mientras la otra guiará el cuerpo del niño hacia dentro del agua, empezando por los pies hasta que esté totalmente dentro de la bañera. La mayor parte del cuerpo y la cara del bebé deben estar bien por encima del nivel del agua. Por lo tanto, deberá verterse agua tibia sobre su cuerpo para mantenerlo calentito y enjuagarlo. Siempre una mano debe sujetar al bebé por detrás, generalmente desde una axila.

 Mientras el niño esté sumergido en el agua se deben respetar siempre medidas de seguridad. Independientemente que más adelante crezcan y desarrollen más destrezas, jamás deben dejarse solos. De allí la importancia de tener todos los implementos cerca, al alcance de una mano.

 La mayoría de los niños que se ahogan en sus casas lo hacen en bañeras y más de la mitad ocurren en bebés menores de un año.

Los primeros baños en casa deben ser tan delicados y breves como sea posible. Al principio el bebé podrá quejarse un poco pero en breve tiempo ese instante se constituirá en una experiencia reconfortante.

El jabón y el champú a utilizar deben poseer características neutras y suaves, sin perfumes.

Se comienza con el lavado del cabello y la cara en forma suave, evitando la llegada del agua a los ojos u oídos. Utilizando una esponja se puede ir descendiendo a las distintas partes del cuerpito, prestando atención especial a los pliegues del cuello, brazos y cola. Son los momentos adecuados para hablarle, cantarle y entrecruzar miradas y sonrisas.

Los bebés pequeños no necesitan juguetes para el baño. Más adelante los mismos pasarán a ser fundamentales y motivo para prolongar la estadía en la bañera. Los recipientes, juguetes flotantes, etc. son los más adecuados para esos momentos.

Cuando el baño se termina debe ser secado rápidamente en forma suave, con una toalla que alcance a cubrir la cabeza y el resto del cuerpo a fin de mantener la temperatura.

Es difícil que un adulto no se moje mientras baña a su bebé por lo que es recomendable utilizar un delantal o toalla sobre los hombros para evitarlo.

Bañar al bebé por lo tanto debe ser una experiencia de regocijo mutua y un espacio donde el contacto físico se combine con miradas, sonrisas y quizás también canciones, siempre con las medidas de seguridad correspondientes.

Fuente:  Navsaria D. “Cómo bañar a su bebé”. American Academy of Pediatrics. 2020.

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