Los primeros 3 meses del bebé

por | 12 junio, 2014



vision mad3¡ HOLA BEBÉ !

Características del niño durante el primer trimestre de la vida

Junio 2014

Los tres primeros meses de vida nos muestran generalmente a un niño que comienza a adaptarse al medio ambiente. Comienza su vida extra uterina con un incremento del tono muscular sólo modificable por algunos estímulos externos que desencadenan respuestas automáticas. La comunicación con el mundo que lo rodea se expresa con llanto ante la necesidad de alimento y succión del pecho materno para saciar su apetito. A medida que comience a fijar la mirada incluirá al rostro de su madre en sus sensaciones de placer.


Los movimientos del bebé durante el primer trimestre de vida son originados por reflejos. Los mismos se irán atenuando en forma lenta y progresiva durante su transcurso. Se denomina «reflejo» a un acto involuntario que requiere de un estímulo para ser desencadenado. Estos reflejos por lo tanto carecen de intencionalidad pero constituyen una defensa precaria contra algunos peligros que lo pueden acechar durante esta tan pequeña edad.. Tienden a favorecer la adecuación del individuo al medio ambiente. Provienen de un pasado biológico remoto. De allí que se los denomine reflejos «arcaicos».


puerperio bisLos bebés durante estos meses se mueven en forma casi constante mientras se encuentren despiertos. Los movimientos carecen de propósito como ya dijimos pero no por ello son desordenados. Generalmente son previsibles en relación a los movimientos del cuello y de los miembros superiores e inferiores que motivan, como ya dijimos, respuestas reflejas. Por ejemplo, durante el primer mes, la cabeza nunca permanece mucho tiempo orientada a la línea media. Generalmente la vuelve de uno y otro lado como necesitando mirar de costado. Cada rotación de la misma estimula distintos reflejos expresados en los movimientos del resto del cuerpo, en especial en los brazos y las piernas, generalmente asimétricos, es decir, cuando flexiona un lado extiende el otro.

La predominante flexión de los cuatro miembros motiva que las manos queden cerca de los hombros y los dedos de las manitos cierren los puños.
Si acostamos al bebé estando despierto el mismo difícilmente deje de moverse. Si está desnudo y acostado sobre una superficie firme se podrá observar que, debido al tono muscular, el dorso muchas veces no se apoya en forma total.


La fijación ocular es el primer indicio de comunicación con el medio. El niño comienza a fijar la mirada al rostro que lo mira. Se instala generalmente entre los 15 y 20 días de vida. Suele ser al principio fugaz e imprecisa para ser progresivamente más significativa. A partir de allí se desarrollará la sonrisa social y los primeros balbuceos englobados en el rótulo familiar de «ajó».

Si intentamos sentar al niño sosteniéndolo, la cabeza bambolea cayendo con facilidad para atrás, fenómeno que comenzará a desaparecer desde el segundo mes de vida a medida que se desarrolle la fijación de la misma.

Si se mantiene al niño erecto, sostenido a nivel de las axilas por nuestras manos y hacemos apoyar las plantas de los piecitos sobre una superficie firme, se desencadena también un reflejo que hace extender los miembros inferiores y extender el tronco, iniciando a partir de allí movimientos de marcha. Este fenómeno tan curioso para toda la familia, mientras el pediatra realiza el examen, suele ser más evidente durante el primer mes de vida.
Cuando el bebé es colocado boca abajo el niño rota en forma casi inmediata la cabeza hacia un lado. Este acto tiene la evidente función de liberar la nariz para una correcta respiración. En esta situación es característica la cola hacia arriba como consecuencia de la curvatura del dorso y la flexión de los miembros inferiores.

Cuando el niño ya está en su tercer mes de vida, tantos los rasgos posturales como los reflejos descriptos más arriba comienzan a atenuarse para desaparecer en las siguientes meses. Se afianza el establecimiento de la comunicación visual y auditiva con el medio. La sonrisa es franca, especialmente motivada por el interés en el rostro humano, en particularl de la madre, características que lo acompañarán durante el próximo trimestre de la vida.
La vida extrauterina durante los 3 primeros meses. es el comienzo maravilloso de la convivencia con nuestro bebé.