¡Mi hijo sigue con diarrea!

por | 3 noviembre, 2012

diarreaLA DIARREA PROLONGADA EN LOS NIÑOS

 

 

 

Noviembre 2012

¡Hace dos semanas que empezó, le hicimos dieta, pero sigue!

La diarrea es uno de los síntomas de enfermedad más común en los niños. Potencialmente es una enfermedad seria dependiendo de la edad, del estado nutricional del niño y de la pérdida de agua y electrolitos que genere. La complicación más importante es la deshidratación.

La diarrea en los niños generalmente es originada por virus, seguidos en frecuencia por las bacterias, actuando ya sea por sus toxinas o por la propia invasión. La mayoría de ellas responde a medidas de hidratación y realimentación, contraindicándose todo tipo de medicaciones sintomáticas. Los antibióticos, salvo indicaciones muy precisas, también están contraindicados.

No obstante, hay veces en las cuales las diarreas se duran más allá de dos semanas. En algunas oportunidades las deposiciones líquidas comienzan a mejorar pero reaparecen a los pocos días. Todos estos cuadros se denominan diarreas prolongadas por poseer más de 15 días de evolución.
Algunas veces existe un alimento que provoca la continuidad de los síntomas. Es frecuente encontrar, en el relato de las madres, la incorporación de jugos comerciales o gaseosas de alto contenido en azúcar que, por ósmosis, facilitan la liberación de líquido por un intestino previamente dañado. La sobrecarga de hidratos de carbono nunca es aconsejable y menos aún en niños que se encuentran convalecientes de cuadros diarreicos.

Muchas diarreas provocan intolerancias y mala digestión de la lactosa, el principal hidrato de carbono de la leche. Generalmente ocurre en los cuadros producidos por rotavirus en niños pequeños. En ellos la recuperación intestinal requiere una realimentación progresiva para no continuar con deposiciones líquidas a pesar de la resolución del cuadro infeccioso. Es fundamental tanto en la prevención como en la recuperación la alimentación con la leche materna.

Algunas veces la diarrea es la primera manifestación de la presencia de parásitos y de allí su prolongación. En estos casos las deposiciones líquidas al principio no provocan gran perturbación del estado general. Habitualmente se acompañan de dolores cólicos y la diarrea suele continuar a pesar de dietas y recomendaciones. La Giardia y el áscaris lumbricoides suelen ser los responsables. De persistir sin el tratamiento adecuado, los mismos pueden provocar cuadros más severos y deterioro de la curva pondo-estatural.

Los niños desnutridos y menores de un año tienen más riesgo de prolongar las diarreas. Según estudios, entre el 3 y el 20% de los episodios de diarrea aguda se tornan persistentes en niños desnutridos, lo que agravan aún más su crecimiento y desarrollo.

Como síntesis podemos afirmar que:

· Toda diarrea que se prolonga requiere continuar o reiniciar la reposición de líquidos que ella provoca.

· Reforzar o repasar las medidas de higiene.

Toda diarrea que se prolonga implica mayor riesgo en las siguientes condiciones:

· Niños menores de 6 meses.

· Niños desnutridos.

· Niños alimentados con fórmula o leche de vaca.

· Antecedentes de deshidrataciones por cuadros de diarrea previos.

· Mal manejo alimentario: jugos, gaseosas, inadecuada dilución de la leche, etc.

· Uso no justificado de antibióticos o antiespasmódicos.

Las diarreas que superan los 30 días de evolución pasan a ser crónicas. La mayoría de ellas provoca aún mayor deterioro del estado general, requiriendo de estudios clínicos y de laboratorio más complejos.

Fuente: Programa Nacional de Actualizacion Pediátrica. Sociedad Argentina de Pediatría. 2012.