LA HORA DE DORMIR

por | 27 julio, 2023

LOS NIÑOS Y LA CONCILIACIÓN DEL SUEÑO

Lo que hay que saber

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Es frecuente la consulta sobre niños y niñas que no quieren irse a dormir a la noche, dificultades para conciliar el sueño o despertares frecuentes que interrumpen el descanso del resto de la familia, ya sea por llantos o el traslado directo del niño a la cama de sus padres o hermanos.

El insomnio es un trastorno del sueño frecuente en todas las edades que en los niños puede adquirir características propias y en la mayoría de las veces son de tipo conductual.

Es importante considerar que en los bebés menores de 5 y 6 meses los despertares nocturnos son la norma y están impulsados generalmente por la necesidad nutricional. Sin embargo, los despertares nocturnos en niños de primera y segunda infancia suelen ser también frecuentes, requiriendo la presencia de los padres o cuidadores durante las noches. Estos episodios están relacionados probablemente con un trastorno de asociación en el inicio del sueño o con un trastorno del sueño por establecimientos de límites. Ambos fenómenos suelen ser, como se dijo anteriormente, de tipo conductual y pueden ser resueltos en forma progresiva modificando algunas costumbres y hábitos.

El trastorno establecido en el inicio del sueño es una forma de insomnio en la que un niño necesita la presencia de los padres y/o ciertas actividades, como la alimentación con biberón, mecerlo, ver televisión, etc. para conciliar el sueño o volver a dormir después de despertarse en la noche.

Generalmente estas conductas suelen ser prevenibles durante la consulta con el médico, debiendo ser acordadas con los padres o cuidadores. No se trata de sacar al niño de la cuna y llevarlo a la cama ni de dejarlo llorar hasta que se calme. La prevención de estos episodios debería iniciarse durante el último trimestre del embarazo, el posparto y durante los 6 primeros meses de vida del bebé. Esta “educación” enfatiza la importancia de tener rutinas establecidas a la hora de acostarse y horarios de sueño consistentes que, seguramente puedan modificar costumbres familiares establecidas previas a la llegada del niño.

Una recomendación común al respecto es que los bebés lleguen a la cuna “somnolientos”, o sea medio dormidos o despiertos. Esto ayudaría al desarrollo de habilidades de iniciación del sueño independientes y permitiría a los niños reanudar el sueño sin intervención del cuidador en caso de ocurrir despertares nocturnos. Se trata que el bebé conozca su propia cuna y su entorno durante los instantes que anteceden al sueño.

Otra intervención que puede ir mejorando el trastorno en forma progresiva puede ser, estando el niño despierto en la cuna, interactuar con él hasta que se quede dormido mediante caricias, sonidos suaves o un simplemente un contacto físico como un dedo o una mano de sus padres. Este proceso ayudaría a entrenar gradualmente al bebé para que se duerma en forma independiente.

Otro problema que puede mejorarse, modificando algunas conductas entre otras variables, es el denominado trastorno por el establecimiento de límites. Es un insomnio más característico durante la segunda infancia y la adolescencia. Se caracteriza por el establecimiento ineficaz de límites parentales a la hora del sueño, lo que puede resultar en estancamiento y negativa al momento de acostarse.

Para abordar estos factores se deben fomentar el uso de rutinas consistentes para el momento del sueño que, de a poco, irán reduciendo la resistencia de los niños a acostarse.

Las rutinas a la hora de dormir incluyen los límites al uso de pantallas y la reducción de actividades que pueden alterar la conciliación del sueño como juegos físicos o música intensa. El “oscurecimiento” gradual y la atenuación de los ruidos o voces deben acompañar las mencionadas estrategias.

La cafeína puede asociarse frecuentemente con el insomnio y algunas veces es consumida sin saberlo por los niños dado que se encuentra en la mayoría de las bebidas preferidas.

Finalmente, es necesario resaltar que todo lo aquí comentado se refiere a trastornos en la conciliación del sueño que pueden solucionarse modificando conductas y hábitos. No se hace referencia a cuadros de origen psicológico o neurológico que siendo afortunadamente menos frecuentes merecen ser comentados en futuros artículos.

Fuente:  Jyoti Krishna, Maninder Kalra, Maureen E. McQuillan. “Trastornos del sueño en la infancia” Pediatr Rev 2023

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