VITAMINA D

por | 24 junio, 2023

Raquitismo y osteoporosis

LA IMPORTANCIA DE LA VITAMINA D

Julio 2023

 

La vitamina D estimula la absorción de calcio a nivel digestivo disminuyendo también su pérdida a nivel de los riñones. De esta manera favorece la formación y fortificación de los huesos evitando especialmente dos enfermedades: el raquitismo y la osteoporosis. Se cree que también tiene funciones importantes en los músculos y en los sistemas nervioso e inmunitario.

El organismo también produce vitamina D en la piel a través de la exposición solar. Los alimentos ricos en esta vitamina incluyen a la yema de huevo, el pescado de agua salada y el hígado. Otros se encuentran enriquecidos con la vitamina como algunos cereales y las leches. Por otra parte, existen productos medicinales que pueden reforzar o suplir el déficit de la misma si los valores en sangre estuvieran por debajo de los normales aceptados.

El raquitismo manifiesta la carencia de vitamina D especialmente en los niños y la osteoporosis en los adultos.

Durante el embarazo, la vitamina D cruza la placenta por lo que si la madre posee deficiencia de vitamina D también el feto y el recién nacido la tendrá.

El contenido de la vitamina en la leche materna depende del ingreso de la misma a la madre y de su exposición al sol. Las madres con deficiencia producen leche con escasa vitamina D exponiendo al bebé al raquitismo, a menos que ambos sean suplementados medicinalmente o expuestos al sol en forma conveniente.

El raquitismo, afortunadamente cada vez menos frecuente en muestro medio, se manifiesta como una debilidad en la matriz ósea por la escasa llegada de calcio para su formación. El resultado se evidencia por deformaciones características en todos los huesos, especialmente en el cráneo, costillas y piernas, que suelen aparecer entre las primeras semanas o meses del nacimiento.

Un bebé no suplido con vitamina de una madre con deficiencia de vitamina D será “deficiente” mucho más rápido que otro no suplido cuya madre era “suficiente”. Por eso, los bebés alimentados con lactancia materna exclusiva que no reciben suplementación o adecuada exposición solar están en riesgo de desarrollar déficit de vitamina D y/o raquitismo.

En la madre embarazada el déficit de vitamina D puede ser el motivo de partos prematuros espontáneos, diabetes gestacional y síndromes metabólicos variados.

El normal aporte de vitamina D además beneficiaría tanto a la madre como a su bebé en los aspectos inmunitarios. Numerosos estudios han observado la disminución de infecciones de distinto tipo con la suplementación de la vitamina, especialmente las respiratorias. Existen además hipótesis que un normal nivel de vitamina D en el primer año de vida contribuiría a disminuir la incidencia de diabetes a lo largo de la vida. Esto daría soporte a la premisa de que mantener un nivel adecuado de vitamina D en la vida fetal y la infancia podría tener el potencial de prevenir no solo raquitismo e hipocalcemia, sino también enfermedades respiratorias y autoinmunes.

Todas estas consideraciones justifican los suplementos de vitamina D tanto a la madre como al recién nacido. Generalmente los estudios de laboratorio medirán en qué nivel de vitamina se encuentra la embarazada y en base a ello la dosis a administrar. Mucho influirá la situación geográfica de la madre. Esto es especialmente importante en regiones donde no son frecuentes los días soleados o la exposición de la piel se dificulta por temperaturas extremadamente frías como sucede especialmente en el Sur de nuestro país.

En base a la recomendación de restringir la exposición al sol en niños y en forma absoluta a los bebés menores de 6 meses, sumado a la alta prevalencia de déficit en mujeres en lactancia, es necesario suplir la vitamina, especialmente durante el primer año de vida o mientras no se incorporen otros alimentos, lo que sucede habitualmente a partir del segundo semestre.

La vitamina D para los bebés se administra por medio de gotas generalmente asociada a las vitaminas B y C. La dosis habitualmente recomendada es de 400 unidades internacionales por día.

Todo lo expuesto hasta aquí habla a las claras de la importancia de la vitamina D para el ser humano, especialmente durante etapas críticas como el embarazo y el primer año de vida. Muchos estudios incluso justifican continuar con la suplementación a lo largo de toda la vida, no sólo en favor de la salud ósea sino también para fortalecer el sistema inmunitario.

 

Fuente: Mansur J. “Vitamina D en pediatría, embarazo y lactancia”. Archivos Argentinos de Pediatría. Sociedad Argentina de Pediatría. 2018.

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