El bebé no se duerme

CÓMO CALMAR Y PROMOVER EL SUEÑO EN BEBÉS

Octubre 2022

Es frecuente recibir consultas acerca de dificultades para dormir en bebés sin motivo aparente. Llamativamente la mayoría de los bebés concilian el sueño durante los viajes mientras se transportan en vehículos o en los cochecitos. Sin embargo, generalmente el despertar ocurre minutos después del arribo. Más aún, algunas veces el paseo en auto es la excusa para lograr que el bebé se tranquilice y esté en condiciones de iniciar el sueño al regreso del viaje.

Se cree que entre el 20 y el 30% de los bebés lloran o presentan dificultades para iniciar el sueño nocturno sin motivo aparente, lo que suele generar situaciones estresantes en el entorno familiar.

Durante los tres primeros meses de vida, los cólicos abdominales pueden ser el motivo del llanto excesivo que, generalmente, se exacerba en horarios nocturnos. Sin embargo, lactantes que superan dicha edad continúan con inconvenientes para iniciar el sueño.

Algunas veces, la solución al problema se encuentra en modificar hábitos en la casa con el fin de facilitar la conciliación del sueño del lactante. Por supuesto esto incluye la disminución de los ruidos, la atenuación de la luz, los tonos de voz de los adultos, etc.

Otra situación frecuente es el bebé que se duerme luego de alimentarse en brazos de su madre y al dejarlo en la cuna se despierta y llora al primer contacto con la superficie de la misma. Estos episodios suelen ser muy frustrantes dado que obligan a la repetición de las estrategias realizadas, más aún considerando que el adulto también necesita dormir.

Hay numerosos métodos transmitidos generacionalmente para hacer dormir a los bebés, otras veces los mismos cuidadores crean estrategias para lograr el mismo objetivo. Sin embargo, hay algunos lactantes, por lo demás normales y sin problemas en la crianza, a los que les cuesta iniciar el sueño, generalmente a partir de los 6 meses de vida, cuando se los deja en la cuna creyendo que se encuentran ya dormidos.

Se sabe, por lo que dijimos anteriormente, que el transporte de los bebés suele reducir el llanto y la irritación de los mismos. Esto es producto de la estimulación de nervios que intervendrían en la inducción del sueño. Ancestralmente se asocia el hamacar a un bebé con la posibilidad de tranquilizarlo o incluso hacerlo dormir, fenómeno también reproducible en los demás mamíferos. El hecho de pasear al bebé en brazos o en cochecito intenta reproducir el fenómeno.

Un reciente estudio reunió a un grupo de bebés sin patología previa junto a sus madres. Específicamente el mismo se concentró en el momento de llevar a la cuna al bebé y la forma de atenuar el desapego experimentado por el mismo en esos instantes. Se valoraron las distintas actitudes de los adultos para que los bebés inicien el sueño y se consideraron, en relación a las distintas estrategias el mejor método para lograr ese objetivo.

La meta que se tuvo en cuenta es el denominado “acostamiento exitoso” y el método que resultó más frecuente para su logro fue finalmente la conclusión del estudio, convertido en recomendaciones para estos casos. Las mismas se pueden resumir en estos tres puntos:

• El llanto de los lactantes se atenúa con el transporte, pero no sólo con la sujeción en brazos sin movimiento.
• El transporte en brazos de cinco minutos con recorrido promueve el sueño de los bebés.
• Acostar al bebé entre cinco y ocho minutos después del inicio del sueño tiende a evitar que el bebé se despierte.

En resumen, las conclusiones de este estudio promueven que, cuando el niño no pueda dormir o se despierte, sea llevado en brazos al menos durante cinco minutos. Una vez dormido, esperar otros cinco a ocho minutos con el adulto sentado, continuando con el bebé en brazos y luego finalmente acostarlo en la cuna. Siguiendo estos pasos los fracasos fueron significativamente menores, “logrando acostamientos exitosos”.

Este estudio merece confirmarse con otras investigaciones con mayor caudal de niños. Del mismo modo el mismo aborda sólo consideraciones de conductas, sin abordar ninguna mejora a largo plazo en la regulación del sueño, siendo probablemente útil cuando las rutinas regulares como la lactancia o incluso los chupetes no son efectivos o no están disponibles.

Fuente: Ohimura N. y col. “A method to soothe and promote sleep in crying infants utilizing the transport response”. Current Biology. 2022

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