Hígado graso

por | 28 noviembre, 2021

La obesidad y sus consecuencias

EL NIÑO CON HÍGADO GRASOgraso1

Diciembre 2021

El hígado es un órgano “blanco”, denominado así debido a que por sus múltiples e importantes funciones puede manifestar distintas afecciones que ocurren en el organismo.

La enfermedad hepática grasa consiste en la presencia o acumulación de grasa en este órgano, pudiendo corresponder su origen a variadas causas.

Suelen producirlo algunas enfermedades genéticas o metabólicas, infecciones severas o medicaciones. Sin embargo, es el alcoholismo en adultos la adicción que más frecuentemente lo origina.

En niños y adolescentes, la mayor frecuencia de sobrepeso y obesidad está provocando la aparición de hígados grasos durante estas etapas de la vida. El origen temprano de esta afección puede llevar, de no corregirse su origen, al daño hepático, incluyendo en este término a la cirrosis y al riesgo aumentado de cáncer en un futuro no tan lejano.

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Habiendo casi desaparecido la hepatitis A gracias a la vacuna, la enfermedad hepática grasa no alcohólica representará seguramente la principal indicación de transplante hepático en los próximos años. Actualmente constituye  la causa más frecuente de enfermedad del hígado crónica en niños y adolescentes. La presentación de la patología  puede en algunos ser aún más agresiva por motivos genéticos, ambientales o antecedentes perinatales como la prematuridad.

La acumulación de grasa constituida por triglicéridos está íntimamente ligada a la obesidad, patología nutricional que ha incrementado su frecuencia en forma notable en los últimos años en nuestro país, constituyendo uno de los problemas de salud pública más importantes a resolver. Argentina se encuentra entre los países con mayor aumento de obesidad en los últimos 30 años, siendo su prevención la herramienta más eficaz para evitar sus complicaciones.

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En un reciente estudio se estimó que la frecuencia global de la enfermedad hepática grasa no alcohólica correspondería a un 7,6% de la población general, elevándose a un 34,2% entre los niños obesos.

Los afectados por esta enfermedad no suelen presentar síntomas y de poseerlos son generalmente inespecíficos como el dolor abdominal y la fatiga, propios del exceso en las comidas y por la propia obesidad. Muchos de ellos poseen ya una circunferencia abdominal aumentada, estrías especialmente en abdomen y la denominada “acantosis nigricans”, una coloración oscura de la piel localizada especialmente sobre pliegues cutáneos, axilas y cuello, signo característico de resistencia a la insulina. El hígado se encuentra agrandado en el 50% de los casos y no siempre el laboratorio demuestra alteración de las llamadas enzimas hepáticas.

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Es común que un niño obeso concurra al consultorio por los síntomas inespecíficos comentados. Sin embargo es su exceso de peso lo que alerta al profesional para detectar alguna complicación como lo constituye el hígado graso. La ecografía suele demostrar su presencia y alertar sobre la evolución de la enfermedad.

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Lamentablemente, la mayoría de los niños llegan al diagnóstico recién  entre los 10 y 13 años de edad;  el 10 y 20% de ellos poseen ya signos crónicos de afección hepática y entre el 20 al 50% presentan enfermedad hepática grasa avanzada. La historia en estos niños  cuenta que en su mayoría la patología persiste y se agrava durante la adultez. Como muestra de ello, en un seguimiento realizado en 57 adolescentes por casi dos años y medio, sólo el 23% había podido resolver la enfermedad con tratamiento dietético y actividad física regular.

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Sin dudas la prevención del hígado graso en niños y adolescentes debe enfocarse en la prevención y el tratamiento de la obesidad, modificando hábitos alimentarios, evitando el sedentarismo y costumbres no saludables, medidas en las que la participación de la familia es fundamental.

El hígado graso puede ser reversible si se inician en forma precoz las medidas anteriormente indicadas antes que el órgano presente daños estructurales con consecuencias graves en un mediano plazo.

Fuente: Ciocca M. y col. «Obesidad e hígado graso: el rol del pediatra». Archivos Argentinos de Pediatría. 2021

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